Dijeron que iban a ser distintos a los del viejo régimen. Se autonombraron la mermelada de la honestidad y la honradez, la miel de la eficacia y la eficiencia, la azúcar refinada de la libertad de expresión, el betún de los grandes resultados en las principales políticas públicas, y resultó todo lo contrario, empezando por agarrarle gusto al dinero ajeno y cultivar la peligrosa intolerancia.
Los triunfos les sirvieron para cuadricular el estado en manzanas de poder. La transición democrática, entregada por el pueblo de Aguascalientes, fue utilizada para formar grupúsculos dentro del PAN.
Arturo González Estrada, el entonces pastor de las ovejas albicelestes que controló a su partido en Aguascalientes, es un buen ejemplo: luchó hasta lo imposible para “elegir” a su hermana como candidata plurinominal a la diputación federal, aduciendo imaginarios derechos de sangre.
Hizo del pataleo su mejor reacción y de la denostación su mejor arma. El dedazo, el mismo que ejercía desde tiempos inmemoriales, le jugó una mala pasada al perder su hermana consentida y ganar la hermana preferida del entonces gobernador Luis Armando Reynoso Femat, también poseedora de saludables lazos consanguíneos.
El tiempo en el poder demostró que el mínimo señalamiento les hace una roncha del tamaño de la muy mexicana tuna. Les enoja el disenso. Aborrecen las observaciones. Oprimen a sus críticos cuando son PAN-gobierno, pero aplauden a los fiscales de la tinta y el papel cuando el análisis señala horrores de las administraciones emanadas del PRI.
El caso padecido por el escribano del Vale al Paraíso, hace algunos años, es uno de muchos ejemplos: AGE, el dirigente derrotado por LARF, reaccionó furibundo porque el entonces colaborador semanal de El Heraldo de Aguascalientes, en su texto “El tuya, mía, te la presto, se acabó”, describió la guerra fraticida escenificada al interior del albiceleste para imponer a los candidatos de LARF a diputados federales y exhortó al hoy diputado local a presentar la denuncia correspondiente ante las instancias judiciales —a lo que estaba obligado moral y jurídicamente—, toda vez que el líder del PAN acusó tanto a Juan Ángel Pérez Talamantes (secretario general de Gobierno) como a Mario Álvarez Michaus (director del IAJUD) de desviar recursos públicos para desprestigiar a su hermana. “Las declaraciones no tendrían la mayor importancia si no fuera porque delatan que nuestros impuestos sirven para financiar las guerras intestinas del PAN, en lugar de aplicarlos para Vivir Mejor”, agregó el escribano (3 mayo de 2009).
Como respuesta, AGE mandó al grafitero de su PANdilla a solicitar su despido laboral del Congreso del Estado, al más puro estilo de la Colonia, cuando los autores requerían de licencia o permiso otorgado por la Junta de Censura para publicar artículos, libros, folletos o periódicos.
Y qué decir de la represión sufrida por Página 24 y Tribuna Libre en el primer reinado estatal panista: ante el cúmulo de críticas, el gobierno de Aguascalientes decidió cancelar la publicidad pagada con el dinero de los contribuyentes.
En este sentido, el periodista Manuel Apendinni escribió el trascendido de que el periodista Ramiro Luévano López (propietario de los diarios citados en el párrafo anterior), “habría ganado un pleito legal por acusaciones por difamación en su contra, denuncia hecha por el ex gobernador del estado, ex subsecretario de gobernación federal y ex senador, Felipe González González” (www.periodico.am/aguascalientes, 09/11/2012). El comentario, hasta el momento de escribir estas líneas, no ha sido desmentido, aunque vale aclarar que la demanda presentada fue por “daño moral”.
Los panistas suelen presentarse como políticos probos y libertarios, pero queda evidenciado que son pésimos para gobernar y muy buenos para reprimir.
Porque alguien tiene que escribirlo: Para honrar a la majestuosa verdad, habré de puntualizar que los boletines de prensa del PRI Aguascalientes, siempre han afirmado que se analiza a 32 destacados correligionarios en calidad de prospectos para contender para la alcaldía de la capital, como quedó acreditado en la reunión celebrada hace tres días, donde se convocó a más de 140 militantes priístas que pretenden candidaturas para las 11 presidencias municipales, regidurías, sindicaturas y diputaciones al Congreso del Estado.
Si 70 jovencitas aspiran al reinado de la Feria de San Marcos 2013, reducir la contienda interna a seis suspirantes fue considerado el mejor chascarrillo mediático de algunas columnas políticas que alegremente plagiaron el sospechosismo de otra columna política local, a decir de las palabras manifestadas por el presidente priísta, J. Guadalupe Ortega Valdivia, cuando invitó al secretario del Ayuntamiento a platicar a la sede tricolor: Luis Fernando Muñoz López “forma parte los más de 30 distinguidos militantes que están siendo considerados con los méritos suficientes, por su compromiso, lealtad y trabajo político hacia el PRI, para ser parte de la auscultación en proceso, y en lo que ya están trabajando los sectores y organizaciones, que serán el conducto para realizar la valoración de los perfiles que se presenten y determinar quienes serán los abanderados por los distintos cargos de elección que se jugarán en la contienda intermedia del 2013”.
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