Todo empezó con un rumor. Cuando comenzaba el año, muchos vaticinaban el fin del mundo, gracias a los mayas. Gracias más bien a una incorrecta interpretación de los pronósticos y profecías de estos astrónomos y científicos brillantes. Sin embargo, la historia no falla, el fin del mundo quedó en un fin de semana y en una serie de desinterpretaciones que terminaron por concluir que la referencia maya fue más bien enfocada al término e inicio de una nueva era en la existencia humana.
Si la existencia humana llegó a una era nueva, a una renovación como lo presagiaron los mayas, lo que sigue después de un buen tiempo culturizando sobre la muerte y la decadencia, es pues la oportunidad de iniciar esta nueva era, con una cultura más provechosa en términos de la vida digna.
Durante años —al menos 100— el mundo ha experimentado un sinnúmero de acciones humanas contra los humanos. Guerras, hambrunas, violencia, abortos, eutanasias, motivaciones suicidas provocadas por la desinformación y la falta de amor entre la humanidad, han sido el signo distintivo de la humanidad. No es que todo haya sido una catástrofe y no exista casa en pie para contar cuestiones positivas, pero al hacer el balance, en efecto la humanidad ha llegado a un punto de hartazgo en que incluso le ha tentado la cuestión de sentirse una especie de dios creador y dueño de la vida de otros mediante la clonación y experimentación humana. Y para ser ciertos, incluso en el silencio del ciudadano más sencillo, se nota que hace falta un recomienzo.
Al haber visitado lugares inusitados en la imaginación inexplorada de personas malignas, llega la oportunidad de un recomienzo fundamental: es necesario ver que el extremo aquel, en que la sociedad se siente insatisfecha a pesar de todas las “libertades conquistadas”, existe la oportunidad de retomar vías menos extremas ante las fascinaciones humanas por ser cada vez más libre y menos dependiente.
El año que está por comenzar se convierte entonces, en la oportunidad de retomar la vitalidad que produce —como una energía invisible— el asirse a causas, luchas y empresas que en positivo tratan de hacer mejor la vida humana y no sólo de hacerla menos responsable de sus actos.
Causas como defender la vida humana desde la concepción y defender a la familia y defender la dignidad humana y defender la búsqueda de la verdad en todas las cosas humanas, toman una fuerza inminente: la sociedad necesita respirar aire puro, aire que sólo proporciona el amor humano.
Como si esto fuera la antítesis de la teoría de las ventanas rotas es necesario reconocer que cuando una sociedad respeta sus principales derechos como el derecho a la ciudad y el derecho a la vida, las cosas mejoran y no empeoran: la gente buena se hace, haciendo cosas buenas.
Si la sociedad ya permitió una serie de acciones en su propia contra, como si ése se convirtiera en un cuento macabro de hombres que comen hombres, y despertamos los peores encuentros del ser humano con su conciencia o al menos con su silencio, todo parece indicar que el péndulo poco a poco se ladea hacia un lugar en que lo que se busca no es la autosatisfacción individual, sino la convivencia pacífica de todos los que habitan este lugar.
El año 2013, es la oportunidad de iniciar una carrera contra el tiempo, en términos de los daños aparentemente irreversibles que sufrieron muchas conciencias engañadas por falsos ídolos y falsas verdades que se establecieron por poderes fácticos más allá del alcance de un ciudadano común. Países que regresan a retomar los valores, a proteger a la familia, a refundarse después de la catástrofe, son muestras de que no podemos seguir en el mismo camino que ellos, sino experimentar en cabeza ajena, para seguir siendo una nación que tiene más coincidencias que diferencias, que tiene más fortalezas que ideologías, que tiene más optimismo que fracasos.
En el año que iniciará en unos cuantos días, se abre una posibilidad para iniciar un nuevo ciclo en positivo. Uno que se ocupe de procurar que los derechos de todos sean defendidos y fortalecidos, uno que encuentre evidencias para cuidar y proteger la vida humana, proteger a los niños, a los ciudadanos, educar a la sociedad, generar mayor bienestar social y personal, empoderar a las familias como escuelas domésticas, inculcar los más altos valores humanos, educar más que castigar. Sin duda será un gran año. Pero eso, depende de usted. Bienvenido 2013.
@comandanteserra
