El texto que a continuación comparto es una versión reducida de una parte de la conferencia que pronuncié hace unos días en el Museo Aguascalientes. Ésta es la última columna que publicaré sobre lo que se dijo aquella noche. Una versión corregida y aumentada, estimo, se publicará el próximo año. Va:
El pasado 8 de noviembre se inauguró la exposición Los dibujos de Francis Bacon donados a Cristiano Lovatelli Ravarino en el Museo Aguascalientes. La historia que está detrás de estos trabajos fue relatada, ese mismo día, tanto por Umberto Guerini, Presidente de la Francis Bacon’s Drawings Foundation como por Edward Lucie-Smith, curador de la muestra. Las palabras de ambos han quedado registradas en video y, si no me equivoco, también en el catálogo que pueden encontrar a la entrada del museo. Así que no centraré mi atención en los textos que pueden encontrar ahí mismo, sino en algunos fragmentos de sus discursos orales.
Ese mismo día, por la tarde, tuve la oportunidad de entrevistar a los dos responsables. Me parece que, al día de hoy, esta entrevista aún permanece inédita. No quisiera estropear la charla que mantuvimos al presentarla en su integridad, así que escojo algunas preguntas y comparto las impresiones de los entrevistados.
Pregunté “por qué esta selección de 40 dibujos y no otra”. Guerini contestó que se escogió esta selección porque mostraba los temas fundamentales que se conectan con las pinturas de Bacon. Según Guerini, algunos dibujos son superiores al trabajo pictórico del artista. Smith se hermanó con el comentario del italiano y dijo que, por ejemplo, las últimas obras de Bacon, a veces decepcionantes -como aquellas donde se muestran a jugadores de Cricket-, son muy menores a los dibujos que aquí se presentan.
Pregunté a Guerini y a Smith si, a su juicio, los dibujos agregaban algo nuevo al universo artístico de Bacon. Smith contestó que sí, porque el proceso de creación de obra se notaba de manera más clara; se podía ver, en este sentido, cómo es que el artista trabajó su creación haciendo uso de herramientas como la curva francesa. A Smith le pareció esto significativo porque Bacon, como sabemos, no fue un pintor académico, así que al ver los trazos nos acercábamos al corazón del artista.
La exposición, como ya hemos visto, ha pasado por varias partes del mundo. Después de México se va a China. No pude resistirme y me pareció interesante conocer la razón por la cual esos dibujos se encuentran en el altiplano. Pregunté, concretamente, ¿por qué Aguascalientes si no es un centro canónico-cultural de arte en el mundo? La respuesta de Guerini fue que actualmente ya no hay puntos periféricos en el arte. Comparó nuestra ciudad con cualquier otra. Smith dijo que si bien Aguascalientes no es un centro canónico del arte, sí es un centro importante de la economía mexicana.
Me llama la atención la última pregunta. Me parece que la respuesta de Guerini es inexacta: no podemos negar que aún existen lugares de exhibición que tienen una infraestructura y un respaldo económico. Así que tendríamos que entender esta exposición, sí, como un intento por aproximar a las periferias lo que regularmente se exhibe en los centros. Mientras nuestra ciudad no adquiera ese estatus, continuará tratando de ganarse un lugar al lado de Guadalajara, Monterrey, México.
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