- Lista Roja de Especies Amenazadas elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
- En Aguascalientes la problemática de la rana de madriguera continúa sin arreglo
Mucho se ha leído estos últimos días sobre la extinción del rinoceronte negro de África y el peligro que tiene el rinoceronte blanco, según la reciente actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), sin embargo poco se sabe en realidad de cómo es que se comprobó tal situación.
Gustavo Eloy, médico veterinario zootecnista especialista en herpetología, señaló que, con base en diversos estudios y valoración de campo, tienen que pasar varios años para corroborar que una especie está extinta.
Desde su área de especialidad subrayó que hay especies de anfibios que se creían extintos e incluso catalogados como tal en la lista. En específico una especie de sapo del centro de Sudamérica, de la que especialistas en la materia lograron reencontrar poblaciones sustentables, así como la activación de la reproducción en zoológicos. El veterinario aclaró que en este caso no es fácil reincorporar a una especie que ha estado un largo tiempo en cautiverio, puesto que requiere diversos procesos laboriosos.
En el caso de reptiles y anfibios, destacó que no es tan complicada su reinserción, debido a que ellos no pierden su instinto, pues al tenerlos en cautiverio se trata de simular todo lo que está en la naturaleza, así como su dieta, lo cual toma muchos años de planeación y valoración.
En mamíferos hay un poco más de trabajo, puesto que ellos sí pierden miedo a los humanos y son capaces de cambiar su dieta, “son fáciles de acostumbrarse a una nueva vida”. Por lo tanto, al tenerlos en cautiverio por un determinado tiempo y querer liberarlos de un momento a otro, sería la muerte para la especie, ya que se descompensan y tardan en volver a reincorporarse a la vida silvestre. Lo importante es analizar que la zona en donde se desea liberar sea segura y protegida, sin contaminantes, caza y que no esté muy perturbada por el hombre, así como alejada de la civilización.
En el caso de los mamíferos en liberación, se necesita usar primero áreas cercadas en zona silvestre, donde se ubican durante un periodo, para posteriormente “abrir una simple puerta” y dejar que corran a su espacio natural.
Gustavo Eloy recordó que en Aguascalientes la problemática de la rana de madriguera continúa sin arreglo, ya que muchos están encargados de salvaguardar la especie, sin embargo su hábitat natural se encuentra en una área restringida, y si se siguen destruyendo sus alrededores con pistas, fábricas o construcciones habitables, es complicado que la especie se salve.
“La cuestión de extinción es en torno al hábitat, no tanto al animal. En sí, siempre va a estar de la mano del hombre”, ya que ésta es la principal causa del irreparable daño a los ecosistemas del planeta.
En forma natural también puede darse la extinción, aunque en este caso se trata de evolución o mejor conocido como selección natural. Para el veterinario, tendrán que pasar miles de años para que podamos observar un cambio o la extinción de una especie sin que el hombre tenga algo que ver, “los ecosistemas cambian, por lo que la especie debe de irse adaptando”.
Otra de las problemáticas que el hombre ha causado es la introducción de especies invasoras, ya que los humanos utilizan algunos animales exóticos como mascotas, éstas se escapan e invaden zonas naturales que terminan por extinguir las especies propias del lugar.
Por ejemplo, la costa de Florida, sureste de Estados Unidos, con su grave problema con las serpientes pitones indias, “es común ver esa serpiente como mascota, pero hay mucha gente irresponsable”, agregó Eloy. El conflicto aquí es que esas especies crecen muy grandes, por lo que sus dueños las liberan, y como viven en condiciones climáticas muy similares a su hábitat, colonizan esa zona y se están acabando la fauna como las aves y cocodrilos, “una pitón de seis metros llega a comerse a un cocodrilo de casi dos metros”.
Justamente en el mes de marzo, el gobierno de Florida y sus dependencias de la vida silvestre comenzaron una ardua cacería de pitones, aunque la finalidad no es matarlas, sino capturarlas para posteriormente liberarlas en su hábitat natural. El problema es tan serio que incluso lo hacen público. La otra cara es que el mercado de mascotas está siendo afectado, porque el gobierno está prohibiendo la posesión, venta, importación y exportación de dichas especies.
La extinción de una especie termina siendo un problema para el ecosistema, ya que esta forma parte de un ciclo natural para todos los seres vivos silvestres. Un ejemplo claro, según lo mencionó Eloy, es el elefante, “ellos se encargan de hacer praderas abriendo camino entre bosques frondosos”, las cuales permiten que se den pastizales para cebras, antílopes o venados, además, esos árboles caídos sirven de escondite para insectos, serpientes y pequeños mamíferos.
“Todos los animales tienen una función en los ecosistemas, no sólo de alimento, sino también de control de depredadores o presas”, esto para evitar que haya una sobrepoblación de alguno de ellos.
Desde la perspectiva de un médico veterinario, el daño en la flora, la fauna y los ecosistemas en general es causado por la falta de educación en la sociedad, ya que existen muchos mitos y tabús sobre los animales salvajes, “algunos creen que nunca se acaban, pero no es así”; por lo tanto, autoridades educativas deben comenzar a trabajar con diversas campañas sobre el conocimiento de la vida silvestre y sus conservación.
La otra parte es de conciencia en cuanto al tráfico, comercio y consumo de especies salvajes, deberán hacerse mayores trabajos de investigación, “no es fácil, se requiere de muchos recursos económicos y voluntad política”. Si trabajaran en equipo gobiernos, asociaciones civiles y sociedad en general, otra historia sería. “La educación para prevenir y concientización para no lamentar” son dos puntos importantes que Gustavo Eloy sugirió como salvación para nuestras especies, tanto las que se encuentran en peligro de desaparecer, como aquéllas que tienen una gran cantidad de pobladores.
Foto: Gerardo González
