Durante los últimos meses se ha hablado de la necesidad de generar empleos y de aumentar la productividad en el país. El problema, estimado lector, es que en el primer trimestre cayó el crecimiento económico a un 0.53 por ciento, cuando durante las campañas todos los candidatos, unos de una forma y otros de otra, decían que el país necesitaba crecer a un promedio anual de entre el 4 por ciento y el 6 por ciento. Sin embargo los focos rojos se han prendido por varios indicadores que nos presagian tiempos difíciles, los cuales pueden desestabilizar nuestra economía y de paso la estabilidad social. Estos indicadores los trataré de enumerar de acuerdo a su importancia.
La caída en la recaudación del IVA es causada porque el consumo ha bajado de manera importante, y el comercio informal ha crecido de manera exponencial; esto aunado a que el desempleo no ha podido ser abatido, pues la baja en la actividad económica lo sigue presionando al alza. La crisis en el sector de la construcción es de manera preocupante un sector que cada mes se ve en más problemas, y por ende el sector desarrollador de vivienda se encuentra en serios problemas y las empresas más grandes luchan por salir adelante negociando sus pasivos o bien vendiendo activos para honrar sus vencimientos; increíblemente este sector está muy apalancado por bancos y financieras extranjeras los cuales son los que más presionan y también el problema de los agregados financieros que fueron adquiridos apostando a resultados a futuro o cobertura cambiaria. Esto por supuesto está afectando a todas las ramas relacionadas con esta industria, como el comercio de materiales, cementeras, productores de ladrillo y materiales para terminados.
Hemos sido informados que los inversionistas mexicanos desplazaron a sus homólogos de Brasil y Chile, quedando los mexicanos en el puesto número uno, de acuerdo a la CEPAL (Comisión Económica de América Latina). Veamos por qué pasó esto. Resulta que la inversión anualizada en 2011 en el extranjero fue de 12 mil 139 millones de dólares y este último año sacaron del país para invertirlos en otras economías 25 mil 597 millones de dólares; en el 2011 quien era el número uno era Chile y los dos años anteriores fue Brasil. Todo esto no sabemos si es por la falta de confianza en nuestro país o por la falta de las reformas que se han anunciado y prometido desde hace dos años. Esto por supuesto genera desempleo en nuestro país y falta de liquidez.
El crecimiento en el gasto público en los tres niveles y la falta de transparencia y rendición de cuentas, afecta también la confianza de los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros; agreguemos a esto los últimos casos de corrupción, unos tal vez reales, otros, se dice, cobros de cuentas políticas. Sea como sea esto afecta las inversiones.
La falta de inversión en obra pública por parte del gobierno federal tiene en un grado de desesperación a todos aquéllos que dependen de esa actividad y que generan una cantidad de empleos muy considerable. Se ha dicho que en el segundo semestre se va a impulsar esta actividad, ojalá, pues si la crisis se profundiza será muy difícil que nos recuperemos en el corto plazo.
Asimismo resulta que los compatriotas que tuvieron que dejar el país por falta de oportunidades y que enviaban remesas a sus familias en México, ahora por la crisis en Norteamérica han dejado de enviarlas originándose con una caída muy fuerte en el envío de dichas remesas, agravándose esto cada mes y por supuesto provocando una desestabilización en las familias afectadas, las cuales se encuentran desesperadas para compensar esa falta de recursos optando por moverse hacia las grandes ciudades, dejando sus comunidades para buscar la forma de tener un mejor nivel de vida.
La falta de las reformas ha afectado principalmente el ánimo de los inversionistas extranjeros que invierten en valores, ellos han comenzado a sacar sus dólares lo que ha originado que nuestras reservas estén teniendo una baja sensible en su nivel, preocupando a las autoridades hacendarias y a todos los que trabajamos y luchamos por salir adelante. Esto ha debilitado el peso frente al dólar, y aunque este fenómeno beneficia a los exportadores, nuestro país es un importador de materias primas y maquinaria, en un porcentaje muy alto y los empresarios se están viendo en apuros para sostener sus precios frente a la competencia.
Estimado lector, estos problemas sólo se resuelven con unidad, trabajo y dedicación, así como dando prioridad a aquellas acciones que nos ayudarán a recuperarnos más rápidamente. No permitamos que junto con la concentración del poder político haya venido también la concentración del poder económico en unas cuantas manos. No saldremos de la crisis mientras no se hagan planteamientos efectivos y a largo plazo ni se investigue el ingreso real de las personas.




