- Como auditor superior Arturo Solano sólo habría podido ganar 1 millón 615 mil
- Haydee Aguilar, su esposa, es la propietaria legal de varios inmuebles
Según consta en el Registro Civil, Arturo Solano López se casó bajo el régimen de separación de bienes. El matrimonio tuvo lugar el 12 de mayo de 2001, cuando él y Haydee Aguilar Barrón contaban justo con 28 años de edad. La pareja continúa casada.
Una década más tarde, el viernes 24 de febrero de 2012, procedente de la administración del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA), el contador público Arturo Solano se estrenaba al frente del Órgano Superior de Fiscalización (OSF).
El 28 de febrero de 2013, un año después de que su esposo asumiera el cargo, Haydee Aguilar se adjudicó, mediante compraventa simple -liquidación en un solo pago-, un terreno para uso residencial, señalado con el número 113 de la tercera manzana del Club Campestre de esta capital.
Archivos proporcionados por el Registro Público de la Propiedad indican que el lote de mil 3.47 metros cuadrados tuvo un costo de 1 millón 830 mil pesos. Fuentes cercanas a la familia confirmaron a La Jornada Aguascalientes que la propietaria únicamente se dedica a las labores del hogar.
El Registro Público de la Propiedad también señala que a mediados de 2011, en concreto el 15 de julio, Solano López le vendió dos propiedades a su propia esposa. Haydee Aguilar le pagó 4 millones 792 mil pesos por los predios.
La licencia número 690 – 2013, emitida por la Secretaría de Desarrollo Urbano, dice que Haydee Aguilar solicitó al municipio una “construcción de casa habitación en dos niveles con acabados. Según proyecto autorizado” para el Club Campestre.
La esposa de Solano desembolsó 27 mil 808 pesos a cambio del permiso para construir sobre 730 metros de su terreno.
La licencia entró en operación el 26 de marzo del corriente y caducará el 25 de marzo de 2016.
Un avalúo físico en poder de este diario manifiesta que el inmueble en desarrollo dentro de dicho coto de primera clase “aún no se encuentra completamente recubierto por los acabados, los aplanados se aprecian al 100%, la parte de recubrimientos que falta es pisos, pintura, cancelería y madera, instalaciones eléctricas, pues al exterior se aprecia solamente la colocación de la base socket y la mufa, así como teja de barro en diversas áreas de la edificación, la que también se aprecia el inicio de la colocación”.
Se añade que “la tendencia arquitectónica del inmueble es actual, la calidad de construcción de la misma es buena, la calidad de los materiales es la adecuada, entre otras características”.
De acuerdo con el mismo estudio, la obra se extiende sobre 703.33 metros cuadrados. Construir un metro cuadrado en el Club Campestre, se calcula, cuesta 6 mil 500 pesos.
La sumatoria del valor del terreno (1 millón 900 mil pesos, según el avalúo) y del edificio en su estado actual (3 millones 323 mil), arroja un valor global de 5 millones 223 mil pesos.
Aún si Solano López hubiese auxiliado a su esposa las cuentas parecen no cerrar. El tabulador de gobierno marca que el sueldo bruto del auditor superior es de 85 mil pesos mensuales.
Sin el cobro de impuestos, a lo largo de 19 meses como titular del OSF, Arturo Solano sólo habría podido percibir 1 millón 615 mil pesos.
Se sabe que el funcionario posee un despacho contable, mismo que no puede operar mientras labore en el servicio público.
