Estimado lector, el día de hoy haremos una analogía con la novela de Lewis Carrol Alicia a través del espejo, para describir un poco lo que sucede en estos momentos en nuestro país. En esa novela, la protagonista principal, Alicia, por cuestiones que ella misma no sabe explicar, atraviesa un espejo y se da cuenta que atrás del mismo se vive una realidad alterna que es “contraria” a lo que está de este lado del espejo. Y por momentos vive felicidades y asombros sobre lo allí encontrado, hasta que en determinado momento se da cuenta que ese mundo fantástico y maravilloso también esta lleno de peligros, muchos de los cuales no está preparada para afrontar.
Si bien es cierto, Felipe Calderón vivió en el país de las maravillas mucho de su sexenio, Enrique Peña Nieto ahora vive al otro lado del espejo. En todos sus discursos, habla de una “reforma hacendaria” que es lo que necesitaba México, porque más que una reforma fiscal dice que es una reforma social que dará más a los que menos tienen. También nos dice que vamos por buen rumbo, que México está creciendo y que vivimos en un país cada vez más seguro.
Me queda clarísimo que el señor Presidente vive al otro lado del espejo, quizá por eso también cambia las palabras o las letras que van en la misma palabra. Y no sólo él atravesó el espejo, sino también Videgaray, Chong y compañía. Viven en un mundo de ensueño.
¿Qué por qué digo esto?
Primero, su famosa reforma “hacendaria social” que tiene como objetivo “que los que más tienen, paguen más”, la realidad es que sólo perjudicará a la clase media y a aquellos empresarios que con muchos esfuerzos quieren hacer empresa. Nos dirán, “no desaparecimos los repecos, los transformamos” o bien que “no desaparecieron las importaciones temporales” la realidad es que la certificación que pedirán para poder importar temporalmente es tan brutal que sólo las grandes empresas lo podrán hacer, de los repecos, muchos se irán a la economía informal. Los ricos… esos pagarán lo mismo, tienen recursos para pagar fiscalistas y planeadores fiscales, los demás saldrán perjudicados y sobre todo, los que son empleados.
Segundo, se dice que la economía está en su mejor momento, que tenemos reservas de tamaño impresionante. Si es cierto esto, ¿por qué piden déficit y ampliar la deuda del país? ¿no que estamos muy bien? El país está cayéndose en pedazos poco a poco, y con los golpes de la inseguridad, plantones y reforma fiscal veremos cómo cerrarán cada vez más y más negocios de forma importante. ¿Eso es estar bien? Los recursos del famoso Instituto del Emprendedor no llegan o llegan a destiempo, claaarooo, los tiempos de la empresa no son los tiempos del gobierno.
Tercero, el país de no pasa nada esta desdibujándose. Inseguridad por doquier, sino basta ver cómo Matamoros es tierra de nadie, hasta la alcaldesa le pide de favor a la gente que no salga en la noche. Michoacán, donde el ejército y marina tuvieron que intervenir el puerto más importante de ese estado, Lázaro Cárdenas. Se tuvo que rescatar al obispo y los secuestros están a la alza. Lo que pasa es que los medios ya tienen miedo o están sobornados y no quieren decir nada. En Aguascalientes no estamos mejor, sin más, acaban de robar al secretario de gobierno, que tiene escoltas y vive en un fraccionamiento con seguridad. ¿Qué nos espera a los demás? Quizá se cumpla la predicción de que se vive en un estado fallido que se ha pronosticado por parte de los Estados Unidos desde hace dos años. Los muertos que acabamos de festejar, muchas veces no descansan en paz debido a que fueron arrebatados de este plano debido a esa inseguridad tan terrible.
Entonces, ¿en dónde vivimos, presidente? ¿o dónde vive usted?
No veo ni vislumbro situaciones de cambio, se pide más deuda, déficit, cuando hay subejercicio. No veo una oposición real, que pueda enfrentar, y dar nuevas oportunidades al país.
Veo un país secuestrado por minorías como los maestros, los narcos, los políticos corruptos, los empresarios desleales. Pareciera que si vas por el camino correcto no saldrás adelante, a menos que te unas a los que actúan erróneamente.
Ojalá y las cosas cambien, que el presidente y su gabinete salgan del espejo a tiempo. No vaya a ser que, como Alicia, se den cuenta que existen de aquel lado situaciones malignas que no se pueden atacar adecuadamente.
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