En nuestro México, como en Aguascalientes, la alternancia política en los gobiernos, es un asunto que requiere de estudio y observación; nos es necesario precisar los motivos por los que, de una elección a la siguiente, los electores cambian de un partido a otro. Es común destacar “el cansancio” que sufren los ciudadanos con el gobierno de determinado partido, porque no da satisfacción completa a la mayoría de los ciudadanos, lo que se convierte en causa para, simplemente, votar por otro partido político.
Es sorprendente el desgaste que sufre una administración de gobierno en tres años, incluida la administración del gobierno del estado como es la actual; por supuesto que las administraciones ejercen, tanto el poder político como los recursos financieros, para gobernar la sociedad. Podría decirse, que llevan a cabo acciones “de cajón” (por default), que, desde luego, benefician el desarrollo de la vida cotidiana de los ciudadanos.
Hoy en día, en que, a pesar de las fuertes manipulaciones que algunos gobernantes todavía realizan sobre los ciudadanos, por medio de una intensiva propaganda gubernamental que difunden a través de los medios de comunicación (como decir que Aguascalientes tiene el primer lugar mundial en matemáticas), el elector ejerce su libertad de voto; en las últimas elecciones hemos constatado que, a pesar también de los obsequios que hacen gobiernos a los ciudadanos, éstos -en mayoría- deciden a quién favorecen con su voto.
La pregunta necesaria ahora es ¿qué debe hacer una administración que inicia su gestión, como es el caso de las panistas, para conservar una buena imagen en la sociedad, que le permitió ganar la elección? Una respuesta inmediata, percibida en el medio ambiente ciudadano, es, sencillamente, ‘hacer bien las cosas’; su significado es muy amplio, y es útil destacar algunos aspectos con los que los ciudadanos nos topamos cotidianamente con la administración municipal, que hacen que tengamos un reconocimiento, o un rechazo.
Por ejemplo, el ordenamiento de la circulación de personas y vehículos: que los conductores respetemos los altos y nos detengamos en las líneas blancas y amarillas; que no nos estacionemos en banqueta amarilla o roja, ni sobre las banquetas, ni en los camellones de avenidas; que dejemos pasar a los peatones. ¿Cuál es el papel de la administración municipal en este rubro? Capacitar a los policías viales para que -sin amenazar con infracciones- promuevan la educación vial y prevengan la violación del reglamento de tránsito. ¿Cómo lo pueden hacer? Seleccionando determinados cruceros y avenidas -ya que no pueden abarcar todo- para estar presentes de manera constante y permanente para realizar su trabajo (para qué tener en demasía banquetas amarillas si no las vamos a respetar, ni nos van a hacer respetarlas), teniendo siempre pintadas las líneas de cruceros y de carriles, con las luces de semáforos en buen estado. Los conductores podemos educarnos en la vialidad con la ayuda permanente de la autoridad.
El ordenamiento de los vendedores ambulantes: efectivamente, es un asunto delicado por las implicaciones económicas para muchas familias. Sin embargo, la educación de gobierno -con la ayuda de los regidores del cabildo- debe lograr, no la desaparición del comercio ambulante, pero sí una ordenación, en que, tanto los mismos ambulantes como el comercio establecido, puedan llegar a un punto de equilibrio. ¿Cómo lo puede hacer el municipio? Apoyando sus decisiones en el mismo cabildo y con los representantes de los sectores de la sociedad interesados, con consultas reales y efectivas, evitando las decisiones por consigna.
Con relación al miércoles ciudadano: transformar el criterio del manejo del programa, que pareciera ser en el sentido de que será exitoso entre más ciudadanos acudan. Más bien, entre menos personas tengan que atender, será la señal de que la administración está trabajando bien y resolviendo los asuntos de los ciudadanos, y que los ciudadanos que asisten el miércoles lo hacen porque no lograron la solución de su asunto con determinado funcionario. La administración dará mejores resultados a la sociedad, si los ciudadanos pueden acudir y resolver sus asuntos con el municipio, sin necesidad de acciones o intervenciones extraordinarias (las audiencias con el presidente municipal entrarían en otro apartado).
El personal que atiende a los ciudadanos en las ventanillas de trámites, puede capacitarse para mostrar siempre amabilidad y servicio; el ciudadano reconoce profundamente cuando es atendido por el servidor con amabilidad y buen humor, y si, además, sale pronto del trámite, mejor.
La relación con los medios de comunicación: también aquí es importante transformar este aspecto, ya que algunos gobernantes pareciera que gobiernan para los medios de comunicación, y no para la sociedad. Significa que atienden esmeradamente lo que los trabajadores de los medios les señalan (para que hablen bien de ellos), y dejan de lado al ciudadano común.
Un punto clave: conservar la cercanía y la escucha de los ciudadanos; las críticas deben ser tomadas en serio y respondidas con precisión y respeto (evitar la descalificación arguyendo que son ataques de la oposición). Cuando un gobernante pasa por alto quejas o críticas de los ciudadanos que se expresan en radio o televisión, el efecto es el alejamiento, que gana el rechazo y el repudio, evidentemente, creando una imagen negativa.
Finalmente, un aspecto difícil será la relación con el ejecutivo estatal: la forma de gobernar utilizada por el gobernador del estado corresponde a las épocas de los años setentas; de ahí la importancia de mantener una relación respetuosa (sin confrontaciones inútiles), y firme en la autonomía (evitando los castigos financieros). En esa forma anticuada de gobernar, no tardará tiempo en que los municipios panistas comiencen a ser presionados por diversas razones, y los ciudadanos observaremos si se saben manejar con inteligencia política y civilidad (los ciudadanos ya no aceptan enfrentamientos estériles entre gobernantes).
El reto de las nuevas administraciones municipales distintas al PRI, tienen una importante responsabilidad para mantener vigentes hasta el final, las propuestas de gobierno, como la de cero corrupción.




