- La UAA asumirá las actividades académicas que el Gobierno del Estado no contempló
- Para Andrés Reyes Rodríguez dicha celebración debiera incentivar que la sociedad tenga claro su presente pasado y futuro
- El académico de la UAA advirtió que no debe acotarse a sólo magnas celebraciones sino generar un debate constante, donde no sólo participen las élites políticas
Según Andrés Reyes Rodríguez, catedrático investigador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, adscrito al Departamento de Historia, la celebración del Centenario de la Soberana Convención Militar Revolucionaria de Aguascalientes, acontecida durante el mes de octubre de 1914, debiera ser una oportunidad para deliberar y replantear el rumbo de México.
El también jefe del Departamento de Historia señaló que la llegada de este día contribuye a pensar en el pasado, presente y futuro de nuestra sociedad y consideró que estudiar la Convención, no significa saber que pasó hace cien años, sino lo que pensamos hoy acerca del acontecimiento mismo y su vinculación con los fenómenos actuales, así como repensar qué es lo que queremos que pase.
Habló de la necesidad de una sociedad que tenga la capacidad para pensar y deliberar no sólo en salones o recintos académicos y políticos, sino públicamente, en las plazas y lugares donde puede existir la pluralidad de ideas, esto, dijo, como respuesta a una población que no tiene claro qué quiere, incapaz de interpretar el presente, pasado y futuro.
Sobre la incapacidad del gobierno estatal para plantear un programa académico y un importante número de actividades al respecto, Reyes Rodríguez dijo no querer entrar en polémica y subrayó que como académicos e historiadores integrantes de una institución de educación superior, al ver que el gobierno no contemplaba un programa de actividades académicas para recordar los pasajes de la Soberana Convención de Aguascalientes, determinaron estructurar un programa al respecto.
Explicó que en un momento se intentó trabajar en conjunto, pero por los tiempos y la premura de la celebración los acuerdos quedaron ahí. Señaló además que su énfasis en la obra pública, contemplada para mejoramiento de la imagen del Teatro Morelos, y la construcción de un museo “son la función que ellos hacen, no podíamos pedirles que hicieran un programa académico y por eso lo haremos nosotros”. Sin embargo, contrastó que en general no sólo debe hacerse obra pública y eventos conmemorativos cada cierta temporalidad, sino crear una cultura del cuestionamiento y debate.
Agregó que una democracia sin discusión pública no lleva a nada, por lo que criticó la falta de incorporación de la sociedad en la deliberación de temas trascendentales, dejando esa labor únicamente a las élites políticas.
También subrayó que debido a la situación actual, es fundamental promover una educación cívica, para dar valor a la historia del país e incentivar la formación de historiadores, sobre todo, advirtió, en un momento coyuntural como el actual, donde los resultados de evaluaciones a la educación básica, -según ha informado Patricia Galeano, presidenta del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM)- muestran que los niños cuentan con un mayor índice de reprobación en Historia que en Matemáticas.




