La escena
Julieta Orduña
Después de algunas semanas de no escribir la segunda parte de este tema, me doy a la tarea de hacer una remembranza de este teatro que se da en los restaurantes-bares. En la entrega anterior (2 de octubre de 2014) escribí acerca del teatro cabaret, el cual por lo regular se presentaba en bares pero tenía una particularidad muy especial, es un género en el que el lenguaje es irreverente, contestatario, en algunos caso muy enfocado a señalar el sistema político y social.
Una de las críticas que hacen los teóricos o especialistas del arte escénico a este movimiento de teatro bar es que “los artistas se han olvidado de las salas, de la búsqueda, de la experimentación”; sin embargo se ha reconocido que el teatro puede estar en todas partes sin necesidad de una gran producción, sólo ajustándose al espacio que los creativos determinen para llevar este arte a todas partes.
La entrada del teatro a los bares se dio paulatinamente, algunas veces por invitación de algún empresario para tener un espectáculo atractivo en su lugar, o bien, los mismos grupos fueron hacia esos lugares y presentaron su trabajo con alguna audición. Al final se quedan formando parte de ese espacio de entretenimiento y convivencia.
Al hacer un recorrido histórico sobre este género en Aguascalientes, en el año 2000 se encontraba un lugar llamado La Querencia, que fue el escenario ideal de algunos grupos independientes que presentaban sus propuestas, como Sobre el muerto las coronas, proyecto apoyado por el Fondo Estatal para la Cultura y la Artes (Feca), género cabaret, y Weekend en Bahía, dirección de Iván Gómez Peñalver, presentada en 2001 y que fue una de las obras que también resultó seleccionada en la Muestra Nacional de Teatro (Munate) y que estuvo en un bar en la ciudad de Guadalajara, Jal.
Para ese año se lanzó un proyecto titulado Jueves de teatro en el Foro Cultural la Querencia (con su nueva dirección, San Marcos). Heriberto Béjar y Marcela Morán eran los coordinadores y programaban cada jueves una puesta en escena en el llamado teatro bar, algunas de las obras fueron: El cuento del zoológico, Ellas y nosotras, Octubre terminó hace mucho tiempo, Pareja abierta, El hombre de la rata, Dios una comedia, La noche del spaguetti frío, Satánico destino y Cuando nadie me ve. Autores como Edward Albe, Rosario Castellanos, Darío Fo, Woody Allen y Jorge Ibargüengoitia fueron parte de este repertorio.
Los jóvenes actores empezaron a incursionar con estas propuestas y varios grupos presentaron montajes en diversos bares, por ejemplo en 2009 con ¿Por qué se fue arlequín?, con el grupo Sueño Azul, bajo la dirección de Israel Garay, con temporada en el Bar Líbido. Otra presentación escénica en un acto fue El fantasma de Frida, de Gilberto Estrada, que tuvo dos funciones en el Restaurante Bar El Granero, y posteriormente un grupo de jóvenes universitarios de la licenciatura de Artes Escénicas de la Universidad La Concordia estuvieron el Fest Club (un antro con giro de música de trova) y montaron la comedia Sólo para machos, de Tomás Urtusástegui, y Abuelita de Batman, de Alejandro Licona.
Para el 2010, El Quijote, capítulo XVI, tuvo una temporada en el Café y Bar El Cafetos, en donde la Compañía Escénica A.C. llevó a cabo este proyecto histórico-documental recordando a esta magna obra de Miguel de Cervantes Saavedra. A partir de este año y los siguientes, se dieron cita diversos montajes en bares y restaurantes, los que abrieron sus puertas a proyectos teatrales como Mujeres con pasión, Salomé, Corazón de cabaret. Los montajes Extraños hábitos y ¿Quién entiende a las mujeres? fueron las primeras obras en presentarse en el Teatro Bar La que se fue, del Restaurante La Saturnina. Ahí han participado grupos como Om Dam Producciones, Escénica A.C., Dos perras y una gata, Proyecto 5 y últimamente en el 2014 se unieron los Teatristas de Aguascalientes con La Mandrágora, de Nicolás Maquiavelo.
Teatro en Bar y Teatro Cabaret los encontramos como propuestas en las que el comer y beber es parte del espectáculo. Se dice que el teatro es aburrido y pasado de moda, sólo hay que darse la oportunidad de conocer algo más que un teatro en sala y usted tendrá la última palabra.




