Mal titulada esta columna estimado lector, no estamos a una de acabar el año, ya iniciamos 2015, así que no me resta más que desearle lo mejor para estos próximos 12 meses, como siempre inciertos pero con el optimismo de cada uno de nosotros, el trabajo duro y el esfuerzo por sacar adelante esta nación, nos aferraremos a la buen vibra a pesar de nuestros representantes populares, políticos, gobiernos y medios maliciosos que querrán opacar el brillo natural del naciente año.
Especulaciones, es lo que se escucha por estas fechas, cómo nos pintará el futuro, osados medios electrónicos con tal de ganar espacio en el inconsciente colectivo e incrementar su rating mandan a sus reporteros con los brujos de los mercados populares a buscar una pista del destino; ¿usted qué cree que vaya a pasar? Hizo todos los rituales que se acostumbran en el último día del año, comió 12 uvas, una por mes y en cada una un deseo, sacó la maleta y corrió despavorido por el patio de su casa, por la calle o por las habitaciones con tal de garantizar los viajes. Qué lejos quedó aquel año 2000, 15 atrás para ser precisos, ¿recuerda el sentir en ese momento? Incertidumbre, miedo por todos aquellos mitos del fin del mundo, el futuro en el presente, ahora pasado, un gran revuelo por el nuevo milenio, pero sobre todo en México, eran momentos de una fe renovada que se vería coronada aunque fue de manera temporal y casi como un espejismo.
Ese 31 de diciembre de 1999 ya sentíamos la alternancia en el poder, era casi un hecho, por fin la salida del PRI de Los Pinos, todo anunciaba que el país que vio nacer a Diego Rivera iba a cambiar, no era la izquierda quien se perfilaba al poder, era la ultraderecha pero para el caso era lo mismo, el chiste era que después de más de 70 años en el poder el partido que heredó las mieles de la revolución podía dejar la silla presidencial, y entonces ¡Ya ganamos! Era el grito de batalla, aquellos hermosos comerciales con un amanecer perfecto y una bandera de México majestuosa, el joven que la portaba vestía de azul y blanco. Qué tiempos aquellos…
El año 2000 representó eso, el cambio, la esperanza, el optimismo, ahora 180 meses después el panorama es completamente distinto, del todo nunca llegó ese esperado cambio y el PRI regresó al poder.
Pero haciendo un lado los colores de los tres partidos que se rifan los curules y los estados en nuestra política, la historia se está escribiendo sin figuras como las de antaño, desaparecieron del contexto nacional, nadie hace patria, dentro de 30 años al momento de escribir los libros de historia de México para la educación básica, a poco omitirán el periodo contemporáneo, o llegarán hasta el Presidente 53. Qué pasó después preguntarán los hijos de sus nietos, y Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Pacheco, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y el 66, bueno este último es como el neo-reformista. En fin, esta pregunta es tan difícil de responder como la de por qué la Virgen de Guadalupe no se manifestó a los mexicanos antes de la llegada de los españoles y por qué no lo ha hecho ahora que lo necesitamos tanto.
Existe una novela de ciencia ficción titulada Make room, make room, de Harry Harrison escrita en 1966 y su posterior versión para la pantalla de plata titulada Soylent Green donde se sitúa a la humanidad en el año 2022 con los mismos problemas que ahora, tecnología sólo para los que tienen el poder y el resto de la humanidad dejada a la suerte de la nada.
Si tiene la oportunidad, ahora que está terminando el periodo vacacional y que además de hacer reparaciones en casa, viajar, disfrutar de un buen centro comercial repleto de gente comprando regalos, de la lectura de aquel libro que no termina de leer, busque la citada película; en español Cuando el destino nos alcance, casi apocalíptica y reflexiva desde el punto de vista social, cómo es que la humanidad llegó hasta esos extremos, “la gente sigue siendo la misma, se comporta igual, hacen lo que sea por conseguir lo que necesitan y ellos necesitan Soylent Green”, el slogan de esta producción dirigida por Richard Fleischer.
El canibalismo social, la demencia por el poder y el dinero, la sobrepoblación y la corrupción son esas amenazas que se deben erradicar de nuestro entorno; espero que haya cargado pilas para este 2015 porque todos las vamos a necesitar, es momento de alinear y cambiar el destino de este su México, el de cada uno.
Twitter: @ericazocar
