A propósito de las palabras que pronunció Alejandro González Iñárritu al cierre de su mensaje, tras recibir el Oscar a la mejor película por Birdman, no se hicieron esperar toda clase de reacciones de ciudadanos y clase política. Hubo quienes opinaron a favor y en contra, de inmediato y sistemáticamente los detractores del gobierno del presidente Peña Nieto no tardaron en festinar su mensaje y hacerlo propio, incluso hubo quienes se atrevieron a señalar que cómo era posible que el más inepto de los mexicanos dirija el país y que Iñárritu sólo dirija películas; así como otras tantas de descalificaciones emergieron como espuma, a lo que por otro lado también hubo quienes, como yo, reflexionamos sobre la pertinencia de su mensaje, del actual al final del día debemos de tomarle el lado positivo puesto que nos ha puesto a reflexionar sobre el país que somos y si verdaderamente tenemos el Gobierno que merecemos.
Pretendiendo interpretar las palabras del cineasta, quiero entender que se refiere al Estado Mexicano en su conjunto y la diversidad de personas que componen el gobierno mexicano, permitiendo entonces hacer un análisis sobre su reflexión y justo a propósito de que el próximo domingo 7 de junio en nuestro país elegiremos a quienes habrán de representarnos en la Cámara de Diputados y acompañar al presidente en la conclusión de su sexenio.
En este contexto considero que toda esta “opinología” que se vierte respecto de la representación que tenemos es donde vale la pena citar la reflexión de que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” de José de Maistre y es que en esta sociedad que vive tan vertiginosamente en la actualidad la frase no puede ser tan lapidaria pero sin duda debe obligarnos como ciudadanos a asumir una responsabilidad sobre nuestro quehacer público, y no hablo de que todos los ciudadanos tengan que enlistarse en uno u otro partido político, pero sí creo que en la medida en que se eleve la participación cívica y política habremos de estar más enterados de la agenda pública, que no solamente denostemos sin proponer, criticar sin conocer, ahora todos los días escuchamos descalificaciones a la vida pública de nuestro país en redes sociales, en la televisión, en el radio pero sólo nos limitamos a escuchar sin razonar ni contrastar diversas posturas, el prestigio que merecemos debemos asumirlo cada quien en lo individual, teniendo una mejor participación en nuestro entorno, informándonos día a día, para poder valorar lo que hagan nuestros gobiernos y separar con argumentos las virtudes de los defectos.
Ojalá demostremos paulatinamente que esta oleada de opiniones -que si bien es válido opinar es mejor hacerlo con responsabilidad-, nos lleven a consolidar un amplio criterio colectivo para hacer del día a día una mejor sociedad, un mejor gobierno y por tanto un mejor país, aterrizando nuestros anhelos en lo que nos corresponde y evitar ser la generación de mexicanos apáticos sustentados en la crítica inerte y fútil.
Hoy tenemos el reto de asumir las reformas que durante tanto tiempo estuvimos esperando, de las que desde que tengo recuerdos, en pláticas familiares, en mesas de café, en los noticiarios y en las aulas, vengo escuchando que no se sabían por qué no existía consenso entre legisladores, hoy nuestros representantes de todos los partidos y diversos grupos de interés lo han construido en el Congreso de la Unión, con acuerdos de la gran mayoría de las fuerzas políticas ahí representadas.
Por tanto, no seamos ajenos y asumamos con responsabilidad la parte que nos corresponda, como hoy, que podemos participar todos los que opinamos a favor y en contra de algún tema, aprovechando también el libre y fácil acceso a la información con el fin de conocer la estructura y sistema de gobierno y la división de los poderes con sus respectivas responsabilidades, conozcamos puntualmente los avances de nuestros gobiernos en lo federal, estatal y municipal; saber quién es el diputado que representa el distrito local y federal que habitamos, conocer qué hacen nuestros senadores en el recinto de Reforma, nos enrolemos en alguna actividad que tenga que ver con el proceso electoral de este año y así comencemos a dar el primer paso para construir y encontrar el gobierno que los mexicanos nos merecemos, por lo que Iñárritu rezó frente a millones de televidentes de todo el mundo, sin hacer homenaje al subtítulo de su galardonada obra cinematográfica.
