- Llama a los países a intensificar esfuerzos contra el estigma, la segregación, el maltrato físico y sicológico
- Sin cifras oficiales, en México no se pueden diseñar políticas públicas adecuadas para las personas con síndrome de Down
A partir de que en diciembre del 2011 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designara el 21 de marzo oficialmente el Día Mundial del Síndrome de Down, en todo el mundo las organizaciones civiles, autoridades y sociedad en general efectúan diversas actividades conmemorativas, todas en busca de hacer conciencia en la población para erradicar la discriminación que este sector vive día con día.
Esta fecha se estableció con el objetivo -según la ONU- de “aumentar la conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades”.
Desde la ONU se trabaja e invita año con año a intensificar los esfuerzos para luchar contra el estigma, la segregación, el maltrato físico y sicológico, subrayándose la persistente falta de igualdad de oportunidades que enfrentan las personas con este padecimiento, sobre todo en materia educativa y laboral.
De ahí que el secretario general Ban KI-Moon presente un mensaje anual para reforzar las acciones globales en beneficio, tanto de las personas con síndrome de Down como de sus familiares, pues son también víctimas del rechazo social. En su mensaje 2015 se reconoce que los vínculos entre la discapacidad, los derechos humanos y el desarrollo abarcan un amplio espectro de cuestiones de desarrollo relacionadas con factores económicos, sociales y ambientales.
Enfatiza que, como seres humanos, las personas con síndrome de Down tienen derecho al disfrute pleno de sus garantías individuales, por ello las voluntades deben reforzarse para asegurar que “los nuevos objetivos de desarrollo sostenible promuevan la igualdad y ayuden a forjar una vida digna para todos, incluidas las personas con cualquier tipo de discapacidad”.
Tal como se emite en mensaje mundial, el papel de la familia es fundamental para apoyar a las personas con síndrome de Down, desde casa se debe promover la igualdad en la sociedad y empoderar a estas personas para que sean sus propios defensores. Como no todo es responsabilidad de la familia, destaca que como miembros de una comunidad, debemos de exigir y crear condiciones para que todas las personas con discapacidad puedan hacer contribuciones valiosas, a lo que el secretario llamó “un futuro compartido”.
Sociedad y autoridades correspondientes tienen la responsabilidad y el compromiso de promover políticas inclusivas que lleven a la conciencia, la justicia social y el respeto de todo el sector. El secretario concluyó su mensaje al felicitar a todos los que luchan por los derechos y la vida de estos seres humanos, e invitó a aprovechar este día “para abogar por un mundo más justo e inclusivo desde el punto de vista social”.
Hasta la fecha, México no cuenta con cifras oficiales sobre el número de personas con síndrome de Down, ni por instituciones reconocidas como en INEGI o la Secretaría de Salud o por algunas privadas. De acuerdo con el blog especializado en síndrome de Down en México, entre los censos 2000 y 2010 no se muestra específicamente cuántas personas con este padecimiento existen, algunas organizaciones y autoridades estiman cifras de 250 mil personas.
Esto encarece las políticas públicas a favor de este sector, pues sin una base en números no se puede imaginar hasta qué nivel se requiere trabajar, especialmente en educación, salud y economía.
Según la ONU y la UNESCO, en la mayoría de los países se cree que los niños con discapacidad intelectual no pueden estar en una escuela con niños sin discapacidad, causando que no tengan acceso al sistema educativo general. Ese prejuicio de que los niños con síndrome de Down “entorpecen” la educación de sus compañeros, lleva a sus padres a mantenerlos en casa aislados de la convivencia con otros niños.
Especialistas en la materia han demostrado por medio de múltiples estudios, que la diversidad en el aula favorece el aprendizaje y el entendimiento de los niños, razón por la cual tanto médicos como sicólogos tiene la responsabilidad de informar a los familiares sobre la realidad fuera de ese estigma social.
Actualmente, en el sector educativo del país se eliminaron los Centros de Educación Especial para comenzar con la integración de niños con alguna discapacidad intelectual en escuelas generales, esto bajo una capacitación continua a los docentes y administrativos.




