Antes de abordar el tema de la semana, quiero aprovechar este espacio para decir ¡YA BASTA! Ayer perdimos a un excelente compañero en Acción Nacional, Carlitos, te recordaremos siempre. Y por bien de todos, ojalá que no sea un caso más que quede en el olvido. Urge que el Mando Único funcione.
Cuando escuchamos hablar del PRI siempre viene a la mente de los ciudadanos términos como corrupción, fraudes, devaluaciones, endeudamientos, simulación y autoritarismo. El sabor a la añeja y vieja política, siempre está presente.
Su mensaje de renovación, por más que lo intentan, sólo queda en el discurso, pues es claro, y con hechos nos lo constatan un día y otro también, que tienen la formación del partido que surgió para legitimar las acciones de sus gobiernos, para perpetuarse en el poder y para conservar a México en la pobreza y sumisión.
Mientras millones de personas en este país todos los días tienen que subsistir y sólo reciben algunos pesos por intensas jornadas laborales, hoy sabemos que el presidente del PRI tiene el gusto y posibilidad de comprar relojes de dos millones de pesos y lucirlos sin escrúpulo alguno.
No concibo que alguien pueda gastar dos millones de pesos en un reloj. ¿Cuánto representa esto? El salario mínimo general vigente es actualmente de 66.45 pesos, pensando que en “promedio” y – lo pongo entre comillas-, ganara dos salarios mínimos al día representaría un ingreso semanal de alrededor de 930 pesos. ¿Cuántas semanas tendría que trabajar alguien para obtener estos dos millones de pesos?dos mil 150. 53 es decir 41.35 años para alcanzarlos.
Desde luego tendría que pasar este tiempo sin comer, sin comprar ropa y víveres, sin prepararse, sin dar mantenimiento, ¡sin absolutamente nada! Los del PRI seguramente dirán que sí se puede, ¿a poco no?
Pero eso no es todo, el spot de radio y televisión que comenzaron a transmitirse en todo el país, fueron sujetos de inmediato a una impugnación por parte del partido de viejo sistema, lo que evidencia, sin duda alguna, es su intolerancia a la crítica, a decir la verdad.
Pero, aunque les moleste, la gente merece la verdad, ¿a poco no?




