Los indicadores de bienestar subjetivo forman parte de la plataforma de indicadores para la medición del progreso adoptada y promovida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió desde el 2011 la resolución denominada Felicidad, que busca un enfoque holístico del desarrollo, con la que la asamblea “invitó a los estados miembros a seguir pasos de política pública que capten mejor la importancia de la búsqueda de la felicidad y el bienestar en el desarrollo”; en tanto que, a partir de 2010, el Reporte de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha comenzado a incorporar cifras de satisfacción con la vida para un amplio número de países, con lo que la percepción y la satisfacción logran dar a conocer en conjunto lo “intersubjetivo”, a lo que hoy se le da tanto peso como antes le dábamos a lo “objetivo”.
Bienestar objetivo y subjetivo son dos aspectos que se complementan. El bienestar objetivo centra su atención en satisfactores materiales de la existencia social, cuya suficiencia es determinada por un experto o grupo de expertos para permitir el ejercicio de capacidades de individuos y poblaciones. Bienestar subjetivo hace referencia a experiencias de vida en primera persona. Si el propósito del desarrollo es hacer que las personas vivan mejor, es entonces imprescindible considerar cómo ellas están experimentando su vida. Sin el testimonio vivencial de los individuos, la identificación de su bienestar quedaría incompleta. Uno de los países más felices de la tierra se encuentra en las Islas Fiji que son 333 islas situadas en el sur del Océano Pacífico y su PIB per cápita sólo asciende a 5 mil 600 USD.
Al trabajar la base de datos del Módulo BIARE de INEGI y dándole valores a las apreciaciones cualitativas de “Insatisfecho, Poco satisfecho, Moderadamente satisfecho y Satisfecho”; tenemos que el renglón en el que estamos más satisfechos en México es en las Relaciones personales; si nuestra vida en general está evaluada en 8.07/10, la calificación en lo relacional se encuentra en 8.54/10. Son menores pero por encima del promedio los valores otorgados a los Logros en la vida (8.29) la Actividad u ocupación (8.29) la Vivienda (8.26) y la Salud (8.20).
Bienestar Subjetivo en México 2015
Fuente: INEGI. Módulo BIARE Básico. Enero, 2015
Cercanas al promedio tenemos las Perspectivas a futuro (8.12) y el Nivel de vida (8.09) que al cuantificar los niveles de satisfacción se acerca mucho al propio tema central de Vida en General (8.07).
Por debajo del promedio general, y en escala descendente, tenemos la calificación otorgada a los lugares en donde vivimos: “el Vecindario” (7.83) “la Ciudad” (7.27) y “el País” (6.89) bajando prácticamente un punto de un ámbito cercano como el barrio, al más amplio y general del territorio nacional. Esta apreciación concuerda con la percepción de la corrupción, que la vemos más intensa en la medida que evaluamos nuestro entorno particular contra los niveles siguientes.
Las peores calificaciones las tenemos en materias como Tiempo Libre (7.54) y sobre todo en Seguridad ciudadana, en la que salimos reprobados con 5.68 puntos y es un aspecto en lo que no está satisfecho ni el diez por ciento de la población. El dato se destaca, cuando sabemos que hay materias como las Relaciones personales, la Vivienda, el estado de Salud y la Actividad u ocupación en las que más de la mitad de los encuestados afirman estar plenamente satisfechos. Un aspecto más, y recién evaluado para Aguascalientes, nos arroja un dato reprobatorio en materia de Vida política.
Población según nivel de balance afectivo: general y específicos
INEGI. Bienestar Subjetivo en México. Módulo BIARE Básico. Enero, 2015
En cuanto a balance afectivo, las y los mexicanos indican que pierden la tranquilidad cotidiana básicamente debido a preocupaciones, ansiedades y el estrés. Parecemos más capaces de lidiar con nuestro mal humor o aburrimiento que con las presiones externas. Haciendo una distribución del balance entre las 24 horas que tiene el día, tenemos que prácticamente 16 de las 24 las pasamos bien (seguramente estamos hablando de las horas dedicadas a los alimentos y al descanso) un poco más de siete horas las pasamos con baja calificación afectiva, particularmente cansados y sin vitalidad, que lo podemos relacionar con la jornada laboral; prácticamente una hora al día reconocemos que el balance se vuelve francamente negativo y nos fastidia bastante la calidad de vida.
En una escala de 0 a 10 el promedio de satisfacción con su vida por parte de la población adulta urbana se situó en enero de 2015 en 8.2; los promedios más altos los presentó el grupo poblacional de entre 18 y 29 años de edad (8.4) y los más bajos los obtuvo el grupo de 60 a 74 años (7.8). Lo anterior significa que la tercera década de la vida es la más plena en satisfacciones y que las últimas, antes de la declinación final (la esperanza de vida nacional se sitúa en los 75 años) son las menos satisfactorias.
