He escuchado muchas veces que el feminicidio es sólo una postura de las personas declaradas feministas para llamar la atención, que debe castigarse como el homicidio que es, pero entonces ¿qué pasa con los términos como matricidio? Este también es privación de la vida, ¿por qué el feminicidio debe ser diferente?
El argumento de varios es que el feminicidio es privarle la vida a la mujer, esa es su definición; pero en realidad no es que se asesine a la mujer, es que el motivo sea porque simple y sencillamente es mujer, por ese odio y desprecio que puede calificarse como machista. Se refiere a los asesinatos de mujeres motivados por el sexismo y la misoginia, porque implican el desprecio y el odio hacia nosotras, porque ellos sienten que tienen el derecho de terminar con sus vidas, o por la suposición de propiedad sobre las mujeres.
Existen muchas historias, hemos sido testigos de algunas. Aún en pleno siglo XXI existe esta discriminación hacia el género femenino. Nos catalogan como incapaces, como débiles, como sirvientas, cuando en realidad somos mucho más que eso. La discriminación y la violencia la vivimos desde todos los ámbitos a pesar de que la “humanidad ha avanzado y evolucionado”, la verdad es que creo que se ha perdido ya no nos pega saber sobre asesinatos, suicidios, violencia, guerra, etc., se ha vuelto parte de la cotidianidad.
Para simple ejemplo:
Estefanía sale de casa y va camino a la escuela, al lado se encuentran construyendo y uno de los albañiles le grita “¿qué comen los pajaritos? Macita”, mientras el resto de ellos la observan caminar. Llega a la parada de autobús y mientras espera el transporte que la llevará a su destino ya han pasado un par de camionetas que, de las cuales, se puede escuchar del interior un chiflido acompañado de un mamacita. Han pasado un par de minutos cuando a la misma parada llega un sujeto que la invita a pasar a su casa a probar su cama, ella responde “idiota” y recibe un “pen…ja” como respuesta y el policía que se encuentra cerca se dedica sólo a mirar. Por fin ha llegado la ruta 40.
Sube, ocupa su asiento y saca su celular para distraerse un poco. Entra a la aplicación de twitter y observa posteada la noticia de que descuartizaron a una estudiante de enfermería. Cierra la aplicación para revisar facebook, en donde encuentra un post que anuncia que ha desaparecido una niña de 13 años. Opta por apagar el teléfono. Mira el reloj y se da cuenta de que tiene exactamente 12 minutos para llegar puntual a su destino, se asoma por la ventana y se da cuenta que es tiempo de bajar. Se levanta hacia la salida y en el camino alguien le ha dado una nalgada, pero con toda la gente que hay no puede percatarse quién ha sido y continúa avanzando. Se siente humillada. Ha bajado y le quedan un par de cuadras para llegar.
En el trayecto se percata de que un borracho le observa los senos a la mujer que viene enfrente de ella y conforme camina, y que posteriormente hace lo mismo con ella. Continúa su rutina y de regreso a su casa escucha la noticia de que la niña que había visto en Facebook un par de horas antes fue encontrada enterrada, y que la lista de desaparecidas ha aumentado.
Transcurren un par de días más y una de las féminas que conforman esa lista fue hallada con vida. Tristemente, la noticia se festeja porque no pasó nada, pero lamentablemente se celebra la vida por miedo y no por vivirla.
Es cierto que no podemos afirmar si ahora hay más asesinatos de mujeres o es que finalmente se habla de este tema, lo que sí puedo asegurar es que no hay estadísticas que recojan las víctimas de esta problemática, porque ni siquiera existe el término como tal y tampoco se está haciendo todo lo que se puede por evitarlo.
Es prioritario establecer acciones específicas en materia de violencia feminicida por parte de las dependencias, entidades e instituciones corresponsables. Por ello, hago un llamado a las y los diputados que conformamos esta LXII Legislatura, tenemos la oportunidad de hacer algo, entonces hagámoslo. #NiUnaMenos.
