- Las huertas se reconvierten a limón, nopal y aguacate
- Lamenta Sagarpa que los productores no muestren una organización más sólida
Las oportunidades comerciales no han marchado de la mejor manera para un fruto característico de la entidad, lo cual ha ocasionado que los guayaberos replanteen su labor.
La producción estatal, dijo Ernesto de Lucas Palacios, ha disminuido a razón de diez por ciento.
“Los árboles y el hectareaje allí están, así que la producción no puede ser menor o mayor salvo que el clima o las condiciones se modifiquen. Este año con las lluvias de marzo – febrero y luego con el temporal la producción va bien (…), sin embargo estamos considerando casi las mismas 100 mil toneladas que normalmente se dan en Calvillo.”
El delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) consideró que el mayor conflicto para la comercialización de la fruta yace en el manejo organizacional, pues los agricultores no se encuentran lo suficientemente unidos.
–¿De cuánto tiempo para acá esa disminución?
–Se ha dado paulatinamente. La comercialización, al menos es estos tres últimos años no ha sido la que esperaríamos en cuanto al precio.
Ante tal escenario “traemos huertas reconvertidas a nopal, hay algunos intentos de aguacate, estamos reconvirtiendo a limón porque el productor va buscando alternativas”.
La siembra de aguacate, expuso el funcionario, parece prometedora. Los árboles recién plantados han ofrecido una tonelada en la primera temporada.
“Seguramente los productores harán lo suyo. Estamos viendo nuevas variedades de guayaba porque hay que considerar que las huertas tienen 30, 40 o 50 años, habrá que renovar. Traemos huertas de alta densidad, pero no con todos los productores, traemos muchos productores invirtiendo en la malla antigranizo (…), necesitamos mejorar el Distrito de Riego, meter más tecnificación. Creo que el siguiente año con este cambio va a ser más productivo.”
–¿Hay superficie ociosa?
–Sí, tenemos dos o tres por ciento de huertos abandonados. La normatividad vigente nos permite aplicar porque son focos de infección, nadie los está atendiendo, no hay nadie y se destruyen.
No obstante aclaró que tal proceso se realizaría bajo consensos, pues gran parte de estos terrenos pertenecen a agricultores que emigraron a Estados Unidos.




