Estimado lector, haremos un alto en el camino sobre el mundo de las finanzas y de las empresas para reflexionar sobre la barbarie humana en su máxima expresión, la guerra, el terrorismo, el fanatismo y las consecuencias que de esto se pueden llegar a dar.
Ante los actos terribles de los últimos quince días perpetrados por ISIS en el mundo, siendo Francia el más mediático, pero lo mismo ocurre en Kenia, donde mueren 146 estudiantes, en Siria, donde 200 niños, sí, niños, son arrodillados, puestos en el paredón y ejecutados de manera cruel, o bien, las guerras intestinas que por otros poderes fácticos se siguen desarrollando en el Irak, Afganistán, y el mismo México en regiones donde no impera la ley, no queda más que horrorizarse y preguntarnos si en verdad tiene futuro la civilización humana.
Mediáticamente hablando, el asunto se ha polarizado de forma terrible. Los muertos franceses pareciera que son más importantes que los sirios o kenianos. Los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales han dividido “sin querer” el mundo en dos: occidente y el “progreso” contra oriente y el “retroceso”. El discurso de George Bush Jr. “conmigo o contra mí” está más vigente que nunca. Se ha satanizado a una religión, que es la más numerosa del mundo por una minoría. Sí, esa minoría está haciendo cosas terribles en nombre de su percepción de la religión, al igual que la religión católica lo hizo con la santa inquisición, o bien la matanza de San Bartolomé o el trato que le dieron a los cátaros, donde fueron pasados por las armas en la ciudad de Béziers, o tantos otros que han hecho tanto mal en nombre de la religión a través de los años.
¿Quiere decir que entonces la culpa es de todos y de nadie? Para nada, la realidad es que lo que estamos presenciando es cómo los fanatismos de cualquier tipo están llevando lentamente al exterminio de la raza humana en algunos lugares del mundo.
¿Por qué ISIS? Bien, pues ISIS lo que hace más que apoyarse en una religión, se apoya en el pensamiento diminuto de muchos de los que ahora están como parias en otros países o regiones. El mismo modo de operación para reclutar personas que tiene el narcotráfico en muchas regiones de México lo tiene ISIS, va por los desprotegidos, los desesperanzados, los sin poder. Les da la posibilidad de ser poderosos, a algunos por medio del dinero, como el narco, pero a otros, el poder de decidir, de aterrorizar, de violentar. Estas técnicas han sido utilizadas desde el comienzo de la guerra como la conocemos.
ISIS lo que hizo fue tomar a aquellos que estaban en contra del presidente sirio Bashar Al Assad, pero también en contra de los rebeldes, en contra de los estadounidenses y de los mismos árabes que son millonarios y que tratan como esclavos a todos los demás. Los reclutados pasan por un proceso de “lavado de cerebro”, que no tiene nada que ver con lo que se ve en las películas. Simplemente, como todas las sectas, empiezan con verdades sobre la condición humana, que son modificadas ligeramente cada vez más, entrando directamente en la conciencia de las personas por persuasión, más que por obligación. Ellos al morir piensan que entrarán directamente al cielo, que lo hacen por su fe, mal entendida. Al igual que muchos protestantes, católicos, budistas, y más que mal entienden su fe o la practican a medias, están igual ellos. Y sobre todo, no son capaces de llevar un debate, estás de acuerdo con sus ideas o en contra de ellas. No hay tolerancia para los que piensan diferente.
Muchos culpan al gobierno actual sirio. La verdad sobre Siria va más allá de los años recientes. Esa región siempre ha sido gobernada por una sola entidad, por un imperio, siendo el último de ellos el Imperio Otomano, el cual fue derrotado en la primera guerra mundial. Al firmar el armisticio y con ello la disolución del Imperio Otomano, se firmó una paz que acabaría con la paz mundial. Se dividió su área en pequeños “protectorados” a los cuales les pusieron el nombre de países. Allí nacen Afganistán, Pakistán, Irán, Irak, Siria, Palestina, y Rusia se anexa a su Unión a varias repúblicas como Kazajistán y otras que también eran influenciadas por el Imperio Otomano.
Esos protectorados servían a los intereses de los poderosos, a occidente o a oriente, muchos se levantaron en armas como Irán y buscaron otro protector en Rusia. Otros eligieron a presidentes que hicieron pactos con los poderosos occidentales.
El problema sirio no es un problema de personas, de seres humanos, sino de recursos petroleros y de gas. El querer quitarle el poder a Rusia del abasto de gas a Europa no es conveniente para Putin, por eso defiende a Assad, en forma contraria, a Estados Unidos no le conviene Assad, por eso apoya a los rebeldes, y de forma inaudita, a través de ellos, creó a ISIS y le dio poder.
¿En que acabará todo esto? No lo sé, y espero que no vaya a mayores. Pero la nueva conflagración mundial anticipada por muchos será aquella que comience como todas, por el poder que dan los recursos escasos. Alemania quería más “espacio vital” y por eso invadió otros países. Estados Unidos se cree el mandamás y desea tener todo el petróleo del mundo. Mientras no tengamos otra visión de mundo estamos condenados a la extinción de este “pequeño punto azul”, como diría Carl Sagan.




