Estimado lector, este día platicaremos de una de las regiones del mundo más copiadas, más imitadas, admiradas y sobre todo, dinámicas del mundo empresarial: Silicon Valley y sus alrededores, en el estado de California.
Muchos países y regiones han querido imitar o pugnar por una sociedad abierta como la de este punto de Estados Unidos, la mayor parte de las veces de forma infructuosa. No es lo mismo imponer la ideología de ese lugar a vivir y pensar Silicon Valley. ¿Qué lo hace tan diferente a otros lugares y por qué se fracasa al tratar de imitarlo?
He aquí algunas reflexiones al respecto.
Pensar como Silicon Valley implica dejar a un lado la desconfianza, el ventajismo y empezar a confiar en los demás, en que el trabajo que se realiza es de primera, debido a que las personas son de primera. Es empoderar a los empleados, colaboradores, porque tanto se tiene confianza en ellos como también tú eres de confianza y de fiar. Eso es muy difícil de lograr en una cultura como la mexicana donde se ha tenido desde siempre la idea muy arraigada de que de que si no hace uno las cosas estarán mal hechas, de que forzosamente tendrán que ponerse controles sobre los colaboradores porque la gente es ventajosa, y no hará su trabajo adecuadamente.
Además de esto, Silicon Valley comparte el éxito, no se queda en el fundador, aunque se lleve el reconocimiento. Al compartir el éxito, los colaboradores no sólo se quedan en la empresa por más tiempo que el promedio de la industria, sino que además de esto, las ideas que generen para mejorar la empresa se darán más tersas, debido a que se sabe que las ganancias se compartirán.
Mucho se ha dicho de que estas empresas lo que han hecho es romper esquemas y reglas. Y es cierto. Pero también es cierto que estas empresas han roto las reglas sólo cuando verdaderamente deben de romperse y además de esto ponen muy en claro cuál es la regla que están rompiendo y por qué la están rompiendo, no sólo porque se les haya ocurrido, como pareciera que la prensa especializada lo vende.
Estas organizaciones, además, son organizaciones basadas en el aprendizaje, tienen claro que para poder innovar deben aprender, así que buscan por sobre todas las cosas que se aprenda en todos los niveles de la organización, y tarde que temprano ese aprendizaje será beneficioso para la misma empresa.
Una forma de pensar revolucionaria de Silicon Valley y sus organizaciones es sobre las oportunidades. Muchas ocasiones vemos cómo las personas envidian la oportunidad “que se le dio” a una empresa, a una persona. Y lo vemos como un regalo que alguien más le da. Silicon Valley piensa todo lo contrario, las oportunidades nunca llegarán, ni siquiera pasarán. Las oportunidades están para los arrojados, los valientes, y los que las buscan. Así que si quieres tomar las oportunidades de la vida, vas a tener que salir de tu sofá, de tu área de confort y buscarlas. El éxito es saber dónde buscarlas, no tanto salir, pero el primer paso es pensar diferente.
La colaboración, más que la competencia es parte vital de estas empresas. No sólo la colaboración hacia otros, que es la más fácil, cuando me pides ayuda y por supuesto que te la doy debido a que estas reconociendo que sé más que tú, sino la colaboración amplia desde que no tengo todas las respuestas y necesito de tus conocimientos para poder terminar las labores y el trabajo, y decir al final del día, que buen trabajo hicimos. Aquí no cabe el pensamiento egoísta del reconocimiento individual por sobre el colectivo. Pixar y sus películas son eso, un colectivo, las películas Pixar, no las películas de uno u de otro director.
Y no tienen miedo al fracaso, pero tampoco lo buscan. Tiene los suficientes controles para saber abandonar cuando la idea no dará resultado, y dar vuelta automáticamente a la página para buscar qué más hacer. No se quedan lamentándose del fracaso, ni tampoco esperando que alguien les dé unas palabras de aliento, saben que parte del aprendizaje es el fracaso y por tanto siguen adelante.
Y por último, no porque sean todas las ideas sobre la forma de pensar de Silicon Valley sino por ser las más relevantes desde mi punto de vista, acepta la retroalimentación con humildad, no como algo que te señalan como error y provoque tu ira y enojo, sino para aprender de la mirada de otros sobre el punto y enriquecer entonces tu bagaje.
Espero, estimado lector, que con esto tengas una idea mejor de cómo piensa Silicon Valley y sobre todo, que la apuesta para ser como ellos es muy grande, pero vale la pena arriesgarse.
