- Profepa sancionó a ejidatarios por casi 30 mil pesos en 2015; pidieron ayuda al gobernador
- Alegan que la fabricación de bloques de caliza amarilla es una de las pocas fuentes del municipio
Un grupo de ejidatarios de la comunidad de Clavellinas, perteneciente al municipio de Asientos, presentó a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) un proyecto para la apertura y operación de un banco de material pétreo; un año después de ser multados por extraer caliza amarilla, empleada como materia prima para industria de la construcción
En julio de 2015, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) impuso a los habitantes Clavellinas un infracción de 29 mil 442 pesos por no contar con los permisos correspondientes. Poco después, los ejidatarios solicitaron al gobernador, Carlos Lozano de la Torre, ayuda para regularizar la explotación, alegando que en su mayoría son personas de la tercera edad sin acceso a otras fuentes de empleo.
Eventualmente, el mandatario les concedió un permiso verbal mientras se tramitaba la regularización.
El manifiesto de impacto ambiental (MIA) ingresado el 16 de junio con el nombre “Banco de Materiales Pétreos Clavellinas” busca modificar el uso de suelo forestal de una superficie de 8.5 hectáreas ubicado a la altura del kilómetro 16.71 de la carretera
40, que conduce a Cañada Honda. Dicho terreno es una ladera, en donde abunda la roca y el tepetate, también existe vegetación herbácea, arbustiva y algunos árboles distribuidos de manera aislada.
“Socialmente, este proyecto viene a ser una solución, aunque mínima, al problema del desempleo en la localidad y a la diversificación de su fuente de ingresos económicos ya que se trata de una zona rural en donde las fuentes de empleo son escasas”, se lee en el documento.
El proyecto consiste en la extracción de bloques de piedras calizas amarillas, que una vez que se han desprendido de las paredes talud del banco, se procede a su quiebre mediante el uso de herramientas manuales como marro, cinceles, cuñas y barras -ya que no se tienen los recursos económicos que permitan la adquisición de la maquinaria apropiada-; después se carga el material pétreo en camiones de volteo que los compradores llevan para su carga, para luego transportar a los lugares de comercialización.
Según el MIA, el área de interés no se ubica en ningún área natural protegida; si bien pertenece a un agostadero de protección ecológica, no afectará ecosistemas de especies o subespecies de flora y fauna en peligro de extinción, amenazadas, raras o sujetas a protección especial o endémicas. Los promotores del proyecto expresaron en el documento su compromiso de que al finalizar la vida útil del banco de materiales -diez años- se reforestará la superficie intervenida con el cambio de uso de suelo mediante especies nativas como nopal, maguey, huizache y mezquite, entre otras. También prometieron implementar un programa para ahuyentar a los animales que se interpongan en las labores de operación que permitirá su desplazamiento hacia las áreas aledañas y nunca se contemplará capturarla, matarla o eliminarla.
Se estima que la operación del proyecto costará 475 mil 176.85 pesos.




