Bien dicen que no debes hablar sobre religión y política en la mesa ya que ¡siempre son cosas que conflictúan a las familias! Hace mucho deduje que es improbable que haga cambiar de opinión a una persona maleada, como un don o doña conservadores, con argumentos lógicos. Son cosas de creencias. Asimismo, a un usuario de drogas en plan recreativo nunca se le convencerá de que posiblemente sus hábitos fomentan la violencia en México, irónicamente, ya que estas personas suelen ser muy cero pedos. Entonces, no vale la pena discutir (en serio) sino más bien organizar/organizarse con los pares de uno para mover la agenda.
Pasó con PODEMOS y también el ámbito súper local. Se revivió en las marchas del domingo pasado. Los que desde mi trinchera considero equivocados, los Pro Familia, tuvieron organización impecable en todo el país. Números interesantes y superiores a los de la contraparte LGBTQ. Claro, hay razones tangibles como mayor poder económico de cierto lado (los conservadores). En sí, muchas causas que están en lo correcto tienen una capacidad de organizarse más bien espantosa. No sé si gana la pasión o el coraje, pero (me atreveré a decirlo) al PRI hay que aprenderle lo bueno. Y una de esas cosas buenas es a la hora de organizarse. También vale la pena aclarar que nunca hay que jugar a ganarle al PRI en su juego; el populismo del chafa (despensas, ollas, patos de hule) siempre será ganado por los viejos políticos (los de siempre) porque cuentan con más recursos económicos y usualmente están en el poder. ¡Por ahí no es! Hay que ser victoriosos por las ideas y construir, primero que nada, en y con nuestros pares intelectuales e ideológicos.
Es curioso, mientras en el DF (no me acostumbré a decir CDMX) Morena rifa y prácticamente es el PRI, en Aguascalientes no logran organizar ni dos perros por un bistec rojísimo. En el PRD, tantito mejor. Como decir que es mejor comer podrido que echado a perder. ¿Les gana el personaje? ¿La pasión? No lo sé y tampoco diga que en el PAN o PRI la cosa esté de maravilla pero les sale el numerito de posar en la foto como una familia feliz.
Leía, si recuerdo bien, en El Mundo, que un problema de la izquierda (sorprendentemente la de los chavos de cola de caballo) es que su organización es fanática, casi mesiánica y de libro. Es un gran problema cuando el pragmatismo de la generación que se supone es menos organizada o va de salida, les ve la cara y avanza. Claro, no descarto a los jóvenes viejos quienes son una verguenza. Aquellos veinteañeros rendidos que traen las formas y mañas de los sexagenarios que quienes están en lo correcto buscan sacar del poder.
Bocadillo: Cazafantasmas de 2016 es de esas películas que cuestan 200 mdd pero que son un trabajo de amor por parte de un equipo apasionado. Me recuerda mucho el caso de Scott Pilgrim contra El Mundo, ya que cuentan con un elenco envidiable, un director super nerd y un producto final de diez. Claro, las audiencias no reaccionaron cómo se debe y posiblemente Paul Feig y sus actrices estén planeando otro joint tipo Judd Apatow para no ser marcados como un fracaso. Osh, la gente.
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