¿Quién ganó esta noche en el caso de las elecciones de gobernador de Aguascalientes? No ganó Martín Orozco y el PAN. Y definitivamente la gran derrota no se la llevó Lorena Martínez y seguidores. La victoria fue del régimen de género que criminaliza a las mujeres por decidir sobre su cuerpo y fue derrotada la movilización a favor de los derechos humanos de la comunidad LGBT y contra la homofobia.
Quedó claro en el debate del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que ni el candidato ni la candidata aludidos respaldan las demandas feministas y de la diversidad sexual. Lo que determina la resolución de validez de las elecciones es que la candidata Lorena Martínez jamás demostró tener un posicionamiento al matrimonio igualitario o a la interrupción del embarazo, al contrario, ya sea como efecto de la propaganda de la Iglesia o por convicción propia, se manifestó en contra de la iniciativa presidencial. Si hubiera sido de forma diferente, era lógico que la intervención de la Iglesia estaría a favor de un candidato y en contra de otra. Pero no fue así: los representantes de la Iglesia católica se manifestaron en contra de los derechos de las personas de la diversidad sexual y de la libertad sobre sus cuerpos de las mujeres, y esos posicionamientos los tenían ambos candidatos.
Esta es la primera conclusión relevante: nadie defendió los derechos humanos de la comunidad de la diversidad sexual y de las mujeres. La segunda conclusión relevante es que se demuestra la intervención ilegal de los representantes de la Iglesia católica, contraria completamente al principio de laicidad del Estado Mexicano. Pero, que quede claro que, en el mismo sentido, la reprimenda es por intervenir a favor de partidos o candidatos/as y es independiente del sentido de su intervención. Se sanciona que apoyen a Martín Orozco, pero no se sanciona el carácter homofóbico, sexista y discriminatorio de la carta pastoral y diversas manifestaciones de odio por parte de los ministros de culto. En fin, qué triste panorama para Aguascalientes, pues sabemos que la sanción de Fepade o Gobernación, según corresponda, será un simple jalón de orejas a los ministros por atreverse a decir por quién votar, mas no así por decir a quién odiar y criminalizar.




