Pareciera, querido lector, que el tema de los encapuchados nunca quedará en el olvido, marcó la vida del país aunque a ciencia cierta y en este momento sigo dudando de su autenticidad, no de la comunidad indígena que vive oprimida y que de manera más que valiente y como última alternativa se levantaron en armas no para defender, sino para hacerse ver, ellos, mexicanos como usted y como yo que viven en las zonas más hermosas del país, con la vegetación como madre tierra pero olvidados y marginados por el sistema político de la nación; esa parte la entiendo perfectamente, la duda surge cuando movimientos altermundistas como los “Desobedientes italianos”, más conocidos en México como los Monos blancos, irrumpieron en el escenario de la trifulca zapatista, por qué Sebastián Guillén, por qué Samuel Ruiz, por qué crear un personaje casi como un héroe a caballo con una pluma impecable que cautivo a las féminas de todo el mundo, por qué epístolas complicadas con una narrativa aderezada, para qué hacernos creer que Marcos era uno cuando a veces media menos o a veces más, unos días hablaba más agudo otras noches más grave, por qué la lucha contra el neoliberalismo tan de moda en los noventa si nuestra realidad es la misma desde que la raza de bronce existe en este planeta; por qué fueron borrados literalmente del mapa mediático durante los sexenios que Acción Nacional gobernó desde la Presidencia de la República, por qué regresan al escenario político junto con el PRI, acaso son sus enemigos de cabecera, sin Guasón no hay Batman. Y ahora, a su regreso los nombres cambian, Galeano es Sebastián, Sebastián es Galeano y la situación en Chiapas no mejoró, mucho menos cuando la historia de amor de Los Pinos con todo y personajes se clonó en el gobierno chiapaneco actual.
Existe algo que no me acaba de cuadrar; recuerdo claramente una comida de aquellos años con los compañeros de trabajo chiapanecos, entre ellos Rubén Montoya y Gustavo Zúñiga Cabrera, este último se ofuscó casi hasta los golpes cuando le dije que cuál era la bandera de guerra de los zapatistas si el PRI había perdido las elecciones de 2000, ellos hablaban de derrocar al mal gobierno, al del Zedillo y Salinas; pero y entonces qué peleaban en realidad, o qué esperaban que pasara, ni los habitantes de la región ni ellos mismos lo tenían claro.
Tienen que cambiar las condiciones de vida para la mayoría de nosotros, es un hecho y un asunto que no se puede postergar más, pero de eso a que el movimiento zapatista sea la opción y la verdad absoluta no lo creo.
De pronto, los callados zapatistas anuncian que quieren ser institucionales y participar en los comicios electorales presidenciales de 2018… El ala rebelde del país, el Frente Zapatista de Liberación Nacional, los que en 1993-1994 le declararon la guerra al Gobierno Federal, los amigos de los radicales monos blancos; me pregunto, un Ejército puede incursionar en una contienda “democrática” para empezar el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional es la “división armada” del FZLN, en todo caso deberían ser ellos como frente u organización los que tendrían que buscar su participación.
No Sebastián Guillén, por lo menos él no será su candidato, ¿se imagina un mestizo en un movimiento de indígenas puros?; el pasado 14 de octubre nuestros zapatistas, o más bien neo-zapatistas anunciaron en el marco del Congreso Nacional Indígena que van a dar paso a una consulta para elegir a su candidata para los comicios del 18.
Se pondrán la camiseta de independientes, así como el Bronco en Nuevo León o como el mal logrado Gabriel en la tierra de la gente buena, ya ve que para dentro de dos años serán las primeras votaciones en la historia de esta nación donde habrá espacio para candidatos sin órgano político. Falta ver cuántos sin partido estará dispuesto el INE a registrar, por lo menos Jaime, Jorge y Pedro van francos. Pero además, tengo otra duda, ¿los zapatistas podrán participan en una fiesta democrática cuando, en algún momento de su vida declararon la guerra al gobierno de Carlos Salinas, podrá un ejército clandestino ser parte de las opciones en la boleta electoral cuando tienen armamento ilegal, claro de uso exclusivo del Ejército Mexicano, será legal la participación de un grupo de hombres y mujeres cubiertos del rostro o por fin conoceremos su verdadera identidad, será como cuando a Batman o al Hombre Araña los desenmascaran, y a todas estas, si llegaran a ganar, cómo estaría conformado el gabinete, Galeano sería el vocero de la Presidencia o el Secretario de Gobernación.
La pantalla sigue ahí, los cabos sueltos no se disipan y la información que ellos sueltan a los medios es como si fuera emitida por un partido político o una agrupación social metida en el sistema desde tiempo atrás. Hace poco el vocero oficial dijo “A usted que lee esto, ¿le molestaría ver y escuchar un debate entre la Calderona de arriba, con sus ropas “típicas” de marcas exclusivas, y una mujer de abajo, indígena de sangre, cultura, lengua e historia? ¿Le interesaría más escuchar lo que prometa la Calderona o lo que proponga la indígena? ¿No querría asomarse a ese choque entre dos mundos?
Señor vocero de los zapatistas, la Calderona se llama Margarita, y la indígena al parecer Ramona, ambas mujeres mexicanas, de distintas latitudes y costumbres, con una cosmovisión diferente, con diferentes historias y caminos recorridos, no puede usted juzgar a la ligera a ninguna de las dos; si se refiere a que Margarita pertenece al sistema, su candidata también pertenece a ese, juegan roles diferentes en la política social de este país, como mujeres tan válidas y auténticas sus personalidades; si se refiere al contexto, el encuentro entre los dos mundos es el que efectivamente vivimos día con día todos los habitantes de este país, entonces tendría que comparar a la clase política corrupta con los luchadores sociales como ustedes, o a los grupos armados como ustedes con los profesionista que se parten el alma todos los días cuando salen a trabajar. El debate será válido cuando ambas partes se reconozcan como integrantes de una sociedad que se construye a diario con las actitudes, hechos y esfuerzos de cada uno de los actores que la conforman, y el choque entre los dos mundo no se aminorará hasta que hagamos conciencia de ellos y salgamos a buscar el fin común como mexicanos. Deje de menospreciar a los que no son como usted, porque todos tenemos alguna cualidad que ofrecer para salir del bache eterno que nos tiene contra las cuerdas.
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