Me aterra el futuro de los medios y los contenidos. Tengo pesadillas del tema. Alguna vez en Bocadillo platicamos de eso, del fin del internet escrito. Y es un poco irónico, las audiencias generalistas son flojas y no les gusta leer un post o artículo, pero aprecian formatos como el mentado vídeo de Playground (que no, lo inventó NowThisNews y mucho antes Ze Frank de manera rudimentaria) donde están leyendo líneas breves de texto sobre pietaje de dudosa procedencia en un ejercicio simple de abstracción. Hasta este punto exacto (finales 2016) Internet había sido un espacio abierto para que uno dominara al mundo un cartón o ensayo a la vez, según su tipo de inteligencia. Ahora uno tiene que aprender a dibujar (para no usar vectores como el resto) y animar en After Effects. Con resignación, me recuerdo que los bloggers vieja escuela al menos tenemos nociones empíricas de SEO, promoción y mercadeo.
¿Será? En la semana escuché algo esperanzador y aterrador a la vez. Byan Goldeberg, CEO de Bustle y fundador de Bleacher Report [¡gugulen!], decía en entrevista con Recode que es tonto que cientos de sitios estén aventando toda la carne al asador hacía videos cortos para Facebook o Snapchat en busca de ser adquiridos por los gigantes convencionales (o enfrentarse a ellos) cuando ya realizan ellos televisión de calidad y de maravilla. ¿En serio Mashable tiene algo que enseñarle en producción a CNN? Tiene sentido dicha lógica y en todas las asesoría que he dado, menciono algo similar. Vice sí, pero ellos ya son enormes. Por ejemplo, si uno emprende un sitio de deportes o tecnología, por rapidez no ganamos. Es decir, los resultados de NHL o el Atlas – Chivas ya los trae ESPN punto com, no tiene sentido querer ganarles al ser los primeros en redes. Es una lucha ociosa. No así para el Gallos contra Dorados, o algo muy de nicho. Esa es una oportunidad. O comentar algo tal vez al nivel de lo absurdo, eso no lo trae el líder mundial en deportes.
¿Con qué ganamos entonces? Ideas originales, básicamente. Y no es una idea original en realidad. FayerWayer o Hipertextual, por más neutros que sean hoy en día, comenzaron con visiones adversariales con base en sus fundadores, un contrapeso necesario a coberturas de hueva como las de Cnet o verticales de Yahoo, MSN o periódicos tradicionales. Haz buen contenido y los lectores vendrán. O un millonario loco te va a comprar, lo que pase primero.
En 2016 no basta con bloggear, sino conjuntar eso con el rigor de ser profesional de los medios. Estar al pendiente de nuevos formatos, entre más lejos de tu país mejor (es Internet, vamos), y no perder ese concepto tan mentado de disrupción: si no funciona algo, dejarlo rápido, si sirve, darle con todo. Otro consejo que doy y algo de lo que soy creyente (aunque me lleve a conflictos): lo hecho es mejor que lo perfecto. Debatir, planear y perfeccionar las cosas sirve de nada si no es un producto que se lleve a cabo. Ojo, dije que no se le ganará a ESPN o CNN por rapidez, pero tampoco hay que enfrascarse en debates o revisiones que no generan producto.
En sí, es como con los partidos políticos. Uno chiquito no le ganará al PRI repartiendo mandiles, porque el PRI dará cien mil veces más y mejores. Se gana, tal vez poco a poco, con ideas y dando otra visión. Es más tardado, requiere más coco y se opondrán los de mente chiquita, pero vale la pena. Y como en las startups, o ganas el grande o te llegan al precio.
Bocadillo: Black de Mirror es una serie boba, irregular y a la que no hay que llegarle con actitud de listillo. Es obligada, ya que más que un ejercicio de actuaciones o ciencia ficción, es un comentario sobre nuestros tiempos. Todas y cada una de las tramas son posibles. Y en todas la moraleja es: lo que está en la red es para siempre, no hagamos cosas que no quisiéramos que fueran vistas.
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