Estimado lector, el Huracán que se esperaba sería de larga duración llamado Trump, parece que está acabándose. Se hunde en el mar de sus tonterías, decisiones imprecisas, berrinches, soberbia y poco respeto a los demás.
Varios analistas tanto estadounidenses como internacionales están preocupados debido a este cambio de la política del sueño americano. Lo que el año 2016 nos trajo que eran los proteccionismos conservadores parece que están derrumbándose de manera estrepitosa. Sin más sólo hay que ver lo que está ocurriendo en la Gran Bretaña. El año pasado se hizo un referéndum y decidieron salir de la Unión Europea. Lo que parecía que sería un triunfo del proteccionismo y de los conservadores se ha convertido en una seria pesadilla.
La primera ministra, Theresa May, ha tratado de hacer valer el llamado Brexit, pero se ha topado con pared, con una Unión Europea que quiere castigar financieramente a la Gran Bretaña y que no quiere ceder ni dar concesiones tan necesarias para que pueda ser una salida “tersa”. Si a eso le añadimos el polvorín escocés que hace dos años estuvo a punto de salir de la Gran Bretaña e independizarse y que estos ánimos están más vigentes actualmente ya que quieren regresar a la Unión Europea, parece que la reina Isabel será la última gobernante de la realeza de la península británica completa.
Trump comenzó su gestión como un Huracán. Dando órdenes ejecutivas para sus principales promesas de campaña. El primer día, sin dejar respiro, sacó a los Estados Unidos del famoso acuerdo TPP, un acuerdo que está muerto antes de haber sido aprobado en muchos otros países y que no es tan conveniente como nos han hecho creer.
Además de esto, dio varias órdenes para evitar la migración y el flujo de ilegales a Estados Unidos, sobre todo de países de religión musulmana. En este acto, antes de pensar en las consecuencias, lo que quiso evitar era la entrada de los soldados civiles de ISIS. En medios cada vez se oye menos de ISIS, pero está latente el peligro de los actos terroristas de este ejército que nadie sabe cuántos soldados tiene ni dónde se encuentran. Lo peor es que sus armas no son peligrosas en manos de otras personas, pero que ellos se la están ideando para hacerlo, como lo son autos, camiones. Además, no sólo musulmanes de esos países son los que integran este ejército, sino nativos de las naciones también han abrazado la religión y creencias de estos terroristas.
Estas órdenes no han podido llevarse a cabo, ya que rayan y traspasan la legalidad, por lo que han sido bloqueadas por los jueces de distrito. Este primer revés no cayó bien en Trump, pero siguió animoso de lograr sus promesas de campaña.
Después, la relación con sus pares ha sido por demás problemática. Con los japoneses y coreanos ha mostrado una actitud arrogante, de mandamás, que no cayó nada bien en ellos. Con Justin Trudeau, Canadá quiso hacer lo mismo pero se topó con pared, ya que fue más listo que él. Las relaciones con Alemania están casi rotas. Al pedir un acuerdo de comercio con Alemania saltando a la Unión Europea pasó el límite. Alemania es el principal defensor de la Unión Europea, y al negarse, Trump mostró su desprecio hacia Alemania no saludando a Angela Merkel. Su deseo de pasar como fuerte tuvo un efecto contrario. Se le vio idiota, estúpido al no saludar a Merkel.
Y su último y más grande descalabro fue el no poder derogar el llamado “Obamacare” y reemplazarlo por su propuesta, el “Trumpcare”. Los principales afectados al derogar la ley actual hubieran sido sus propios votantes. A Trump eso no le importaba mucho, pero a los representantes conservadores sí. El año siguiente hay elecciones a esos cargos, que pueden tener reelección. No quisieron perder su escaño, y le dieron la espalda a Trump.
Se le ve cansado, aburrido, harto y desesperado en ocasiones a Trump. Acostumbrado a que, en sus empresas, relaciones personales y demás actividades se hacía lo que él quería y como él lo decía, se está dando cuenta que no será así. Cada vez más se escucha que posiblemente no terminará su mandato, ya sea porque renuncie o bien porque se le impugne.
Sea cual sea el caso, Trump acabó con el sueño americano. Los inmigrantes tienen miedo y se han dado cuenta muchos de ellos que pueden también ser exitosos en su país de origen o en otros países que no se habían volteado a ver antes por el brillo de Norteamérica. Las consecuencias de los meses que esté en el poder Trump tendrán repercusiones en años, sino es que en décadas por venir. Y el principal perjudicado será Estados Unidos.




