Procampo fue creado para complementar el ingreso económico de los productores y como un apoyo compensatorio ante la apertura económica en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en 1993 surgió el Programa de Apoyos Directos al Campo, mejor conocido como Procampo, con el objetivo de complementar el ingreso económico de los productores del campo mexicano, ya sea para el autoconsumo o el abastecimiento, así como para contribuir a su crecimiento económico individual y al del país en su conjunto.
El Procampo también surgió como un apoyo compensatorio ante la apertura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que implicaría una desventaja competitiva para los productores nacionales, dados los altos subsidios otorgados a sus contrapartes en los países socios.
“Los bienes públicos es lo único que no debe abandonar nuestro gobierno en su política para el campo, pero no se pueden dar bienes públicos y dinero en efectivo al mismo tiempo. Con todo respeto, además de las múltiples ventajas que puede tener Brasil sobre nosotros, hay un detalle, ellos no dan dinero a ningún productor de ningún tamaño, dan bienes públicos y los agricultores tienen que cumplir”, aseguró el director de Relaciones Gubernamentales del Grupo Maseca, José Alfonso Cebreros Murillo.
Si bien los apoyos en dinero no garantizan que se inviertan bien, debe haber participación pública y el productor debe mostrar resultados en un plazo mediano. “Eso implica tecnología y extensionismo, que son parte de los bienes públicos para lo cual también debe apoyarse la investigación buscando que las instituciones se focalicen en lo que tienen ventajas”, señaló el miembro del Consejo de Administración de la empresa Maizoro.
La plática Producción agropecuaria y satisfacción de necesidades alimentarias en México rumbo al 2030 se realizó en el proyecto Hacia una nueva estrategia de desarrollo sostenible e incluyente de México 2030, promovido y organizado por el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi A.C., con el apoyo de El Colegio de México y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico
