Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
Los enemigos del Mausoleo a Jesús F. Contreras, que son, como aquel demonio evangélico de nombre Legión, muchos, están de plácemes, esto porque la construcción adosada arbitrariamente al Museo de Aguascalientes fue encontrada por el sol del 30 de junio pasado brutalmente pintarrajeada.
Yo creí que el término vandalizar era una invención popular para designar una plaga de nuestra época, pero que no figuraba en el diccionario, como credencializar, aperturar, accesar y otras que se han colado a nuestra lengua con toda impunidad. Pero resulta que sí consta, y significa maltratar o destruir una instalación o un bien público.
En fin, que los malquerientes del cubo contreriano -otra palabra sin registro- están felices por este acto. “Mejor”, me dijo uno, “a ver si así lo tumban más pronto”.
Mientras esto u otra cosa suceden, vale la pena darse una vueltecita para admirar los magníficos relieves de Jesús F. Contreras, que acaban de ser restaurados y lucen como, supongo, surgieron de la mente del joven escultor en 1889, para adornar el pabellón mexicano en la, con soberbia y miopía llamada, Exposición Universal de París, organizada con motivo del primer centenario de la Revolución Francesa.
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