- El aumento que determinó la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos ayer, constituye una “bofetada” a la clase trabajadora
- El problema de fondo, dijo, es la ausencia de una política salarial que propicie verdaderamente la recuperación del poder adquisitivo del salario
Jesús Enrique Ramírez Pérez, líder de la CROM en Aguascalientes, dijo que después de escuchar a los líderes empresariales del país y su intención para establecer el salario en márgenes de hasta el 30%, comprendió que la Conasami acuerda incrementos raquíticos bajo el trillado argumento de que el aumento salarial desata la inflación.
Explicó que ayer, la Conasami anticipó un mes el aumento al salario mínimo general que regirá en el 2018, impactando dicho aumento desde diciembre y lo hizo en dos partes, la primera, al establecer un aumento directo al salario mínimo del cinco pesos solamente (80.04 más 5.00 = 85.04) y segunda, sumó 3.9% de aumento, dando un total nominal de 8.32 pesos. Por tanto, el salario mínimo general que comenzará a regir a partir del 1 de diciembre del 2017 y durante todo el 2018, será de 88.36 pesos.
El dirigente de la CROM destacó que este aumento, que de manera global será de alrededor del nueve por ciento, no soluciona en nada la precariedad económica en la que vive la mayor parte de los trabajadores en el país.
El problema de fondo, dijo, es la ausencia de una política salarial que propicie verdaderamente la recuperación del poder adquisitivo del salario, si en los aumentos salariales no se considera al trabajador como eje y centro de la política salarial, ningún aumento o ajuste al salario será válido y sobre todo eficiente, para combatir la carestía.
Subrayó el hecho de que, al menos dos importantes líderes del sector empresarial nacional, el de Coparmex y el del Consejo Coordinador Empresarial, ambos han expresado su interés para que los patrones realicen ajustes salariales de al menos el 30% del ingreso neto, porque ya entendieron que la única forma en la que se va a salir adelante como nación, será mediante el fortalecimiento de nuestro mercado interno.
Todo parece indicar, dijo, que el Gobierno Federal es el único interesado en mantener esquemas de salarios de hambre; ya que los sindicatos exigen mejoras sustanciales al ingreso del trabajador; los líderes empresariales quieren incrementar el ingreso de estas familias, los principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, pugnaron en la mesa de renegación del TLC, el aumento salarial de los trabajadores mexicanos, pero el Gobierno Federal es el único que se opone a aumentar el salario para no encarecer la mano de obra para futuros proyectos con inversión extranjera que siempre buscan paraísos salariales.
El supuesto fenómeno inflacionario que rodea al aumento salarial ha resultado hasta ahora una gran mentira, debido principalmente a que en escenarios de un menor crecimiento económico, el aumento a salarios jamás ha denotado la inflación, por lo que sostuvo que ese argumento está tan desgastado que nadie cree.
Los trabajadores sindicalizados insistirán, señaló, en cada una de las empresas para lograr márgenes de aumento salarial mucho mejores que la que estableció la Conasami, porque la situación salarial es todo un complejo problema que pone en riesgo la integridad y dignidad de las familias mexicanas.
Con información de la CROM
