Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
En la calle de San Francisco, una arteria que corre de poniente a oriente desde Josefa Ortiz de Domínguez hasta Cosío, en el barrio de El Llanito de esta ciudad, tiene lugar la fiesta dedicada a san Francisco de Paula; un santo que ni siquiera tiene templo aquí, aunque sí una capillita en una casa de esta calle, que es justamente el centro de esta celebración.
No es una fiesta fija, sino que depende de cuándo se celebra la semana santa. Entonces, los festejos duran tres días, a partir del domingo de resurrección. Tampoco es una fiesta que circule por los cauces institucionales de la Iglesia Católica, pero lo más interesante de todo es la danza, única en el estado, dado que no se trata de una danza de matlachines, que son los más comunes de Aguascalientes, sino de las llamadas danzas de pluma, que en principio se distinguen de las otras por su vestuario, pero también por los pasos y los juegos que llevan a cabo, por ejemplo, pelear por una mujer, al tiempo que se baila.
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