Hoy en día la “innovación” y la “sustentabilidad” están muy relacionadas y se han vuelto un tema medular para la transformación y evolución de las ciudades. Ambas prácticas forman parte de modelos internacionales denominados “Mega tendencias” y están marcando la pauta a nivel global en el uso de lo que se denomina energías verdes, limpias o amigables, particularmente en países desarrollados.
Estas energías ecoamigables intentan contribuir en la solución de los problemas ambientales que se producen al generar ésta, e incluso el reto es poder sustituir los métodos empleados tradicionalmente, dado que son altamente contaminantes (quema de carbón) o devastadores (construcción de presas) para el medio ambiente natural e incluso altamente peligrosos (energía nuclear). Es por ello que, para poder revertir esas formas de producir la energía se ha hecho necesario explorar e investigar mejoras tecnológicas que nos ayuden a armonizar nuestra relación de seres humanos con la naturaleza, tarea bastante complicada, pero que puede ser una dulce recompensa para las generaciones futuras.
Es cierto que la visión sustentable de nuestra ciudad o del mundo no se construye de un día para otro, pero es trascendental para una sociedad en desarrollo (como la nuestra) ir trazando los caminos que nos conduzcan a ese ideal que denominamos “sustentabilidad urbana”. Estas nuevas predisposiciones y los desafíos en innovación (de todo tipo) que implican las llamadas “Mega tendencias” son señales de un importante desarrollo humano que nos están llevando a reorientar los esfuerzos como sociedad para aspirar a ese estado de equilibrio de nuestras actividades siendo más respetuosos con la naturaleza.
Estas ecotecnologías han comenzado a implementarse en espacios públicos de nuestra ciudad, por ejemplo, en algunas zonas el alumbrado cuenta con paneles solares; las empresas también están empezando esta transición al generar su propia energía utilizando paneles solares en sus techos.
¿Podremos contar algún día en nuestros hogares con esta tecnología? Para llegar a esta meta debemos tener en cuenta la situación actual que se vive en nuestra ciudad. La tendencia inmobiliaria en Aguascalientes, tanto la adquisitiva como la constructiva, está completamente desfasada en cuanto a los parámetros de sustentabilidad que debieran de tener una mayor importancia. Esta situación a la que se hace referencia es sin duda la falta de visión ambiental en los desarrollos habitacionales y comerciales de nuestro estado, ya que en la actualidad, el no tomar en cuenta este enfoque ha tenido graves consecuencias en el abastecimiento de servicios básicos como el agua, la energía eléctrica, servicios de seguridad e infraestructura para movilidad o esparcimiento. La falta de un enfoque ambiental en la planeación urbana de nuestra ciudad nos está orillando a tener que lidiar con un escenario muy adverso para los próximos años y es que hoy en día, con la lluvias atípicas que cada vez son más frecuentes, vemos como esas fallas en la planeación urbana nos cobran factura producto del daño antropogénico que hemos provocando en la naturaleza.
En los últimos 30 años se han venido presentando nuevas tendencias culturales en la sociedad que han generado una mayor preocupación por los efectos de la degradación ambiental de nuestro planeta. Esta misma corriente ha derivado en el nacimiento de una nueva división constructiva denominada Construcción Pasiva Sustentable. Esta nueva tendencia toma en cuenta el clima del lugar, el relieve, la biodiversidad en las cercanías y plantea no sólo retomar las estrategias y elementos de la arquitectura básica sino adaptándolos a los sistemas constructivos actuales y aprovechar los avances científicos y tecnológicos de la actualidad, incluyendo herramientas de diseño como programas de simulación con base en algoritmos numéricos para la evaluación del desempeño térmico y lumínico de las construcciones, así como nuevos procesos y materiales de construcción. Las estrategias de la también conocida arquitectura bioclimática, claramente dependen de la meteorología del lugar, un factor que cada vez es más difícil de predecir dado las consecuencias que generan los Gases de Efecto Invernadero que a diario se emiten a la atmósfera.
Frente a este escenario es urgente que se tome consciencia de que los recursos naturales que requieren nuestros hogares (sobre todo agua y energía eléctrica) no siempre van a estar disponibles y eso debiera motivarnos a implementar ecotecnologías en nuestras casas y producir nuestros propios servicios, si es que queremos estar prevenidos para las situaciones de escasez que comienzan a presentarse en la actualidad, pero que serán cada vez más recurrentes en el futuro a causa de los efectos del cambio climático. Por tal motivo, nuestra vivienda debe escalar más allá de la visión de una construcción pasiva, pues podemos innovar y generar áreas de oportunidad en nuestras casas que nos ayuden a tener un abasto sustentable de los servicios que requerimos. Un ejemplo simple de esto sería aprovechar al máximo la luz natural diurna colocando paneles solares en nuestras azoteas y hacer diseños que permitan una mejor ventilación natural, esto disminuye el uso del consumo tradicional de energía lo que da como resultado grandes ahorros.
Las ecotecnologías no son un lujo, por el contrario son cada vez más una necesidad, y lo bueno es que ya no son algo inalcanzable, pues al ir en aumento su demanda los costos han bajado, de manera que se han vuelto más accesibles. Pero lo más importante es que con su empleo contribuimos a darle un respiro a nuestro planeta, que buena falta le hace.
Víctor Hugo Salazar Ortiz
Movimiento Ambiental de Aguascalientes A.C.
Antonio Pérez García
Ambientólogo
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