El país cada vez está más dividido, estimado lector, los que esperan con ansia, ilusión y esperanza esta fecha, los que pasan por la vida sin celebrar ninguno de los días festivos en el calendario, los que ya no recuerdan qué se celebra hoy 14 de febrero, los que añoran los días cuando eran jóvenes y juntaban paletas en forma de corazón y post-it con mensajes cursis, el pleito no termina, tiernos contra desinteresados, insensibles contra sensibles, los enamorados contra los indiferentes.
A lo largo de los años hemos vivido tiempos difíciles, ahora no es la excepción, y aunque el comportamiento de nosotros los mexicanos no cambia del todo, los hechos dentro del contexto presentan panoramas cíclicos pero no obvios de resolver y menos en los temas que tienen que ver con el corazón, ahí le van unos ejemplos. Nuestra raza es apasionada, entregamos todo el amor hasta que la contraparte no nos corresponde, somos pacientes y damos otra oportunidad, tal vez por miedo, por indiferencia o porque caemos en un estado de confort, así nos la podemos pasar por muchos años, más de setenta tal vez, pero de pronto nuestro instinto de supervivencia nos abre los ojos, sobre todo cuando ronda un pretendiente que si bien oculta sus negras intenciones, nosotros lo vemos como el bote salvavidas que esperábamos; así que decidimos hacerle caso y con todo el dolor de nuestro corazón (porque tal vez en el fondo aún existe algún sentimiento por esa relación de más de setenta años) nos dejamos cortejar y seducir por ese nuevo amor y más cuando grita a los cuatro vientos que nos ofrece abrazos y no balazos, una república amorosa, todo con amor nada a la fuerza; qué efectos tienen esas promesas en nuestra cabeza, que caemos rendidos en sus brazos y sin poner oposición le abrimos las puertas del corazón y hasta las de la casa, sacamos las pertenencias del antiguo amor, nos repartimos los bienes del motín mancomunado, incluyendo a los hijos y emprendemos la nueva aventura, tal vez alguien en casa del círculo familiar más cercano nos diga que no es la mejor opción, pero ante la crisis y la desesperación, los maltratos físicos y psicológicos, las traiciones y las decepciones, hacemos oídos sordos y le damos para adelante, cerramos la puerta del pasado y optimistas miramos al futuro con ya sabe quién.
Ya con el nuevo amor en casa, esperamos la luna de miel, aquélla que en alguna ocasión ya vivimos, recuerdo que con el cambio de milenio nos enamoramos del estereotipo del charro macho, fuerte, dicharachero, nos dijo que terminaría con las tepocatas y una serie de alimañas que rondaban nuestro entorno, vivimos esa luna de miel, nos dijo “ya ganamos”, vamos hacia el progreso, el bienestar, y qué cree, como diría Amanda Miguel, él me mintió, él me dijo que me amaba y no era verdad, el resto de la historia ya la conoce, adiós a los 14 de febreros, adiós a la promesa de una vida mejor, bienvenido el largo y sinuoso camino hacia la nada. Pero aun así, estimado lector, ni con esa amarga experiencia aprendimos a seleccionar a nuestra media naranja; otra vez, con los ojos hinchados de tanto llorar, con las maletas en la puerta para salir corriendo, escuchamos las típicas promesas ahora sí voy a cambiar, ya no seré así, te prometo, te prometo, te prometo y como buenos mexicanos volvimos a confiar. Ése es el problema, ya habíamos pasado por esto, ya nos habían enamorado y desilusionado, no es la primera vez, pero no aprendemos. Lo peor de todas estas traiciones al corazón es que ahora, con esta nueva relación los que vivimos en la casa nos estamos dividendo, no hubo luna de miel, llego el hombre autoritario, poco tolerante, intransigente, eso que no estábamos esperando, divide y vencerás, hay días en que pienso que esa es su única y última intención, se imagina, estimado lector, no puede y no quiere salir de casa, vendió el coche de la familia porque según él era un lujo innecesario, superfluo, viajaremos en transporte público, lo malo es que nadie se quiere hacer responsable de trasladar a nuestro nuevo amor, pasa algo en el camino por culpa de él y la pagan todos los demás pasajeros. Lo tenemos aquí, viendo cómo cambiar la tubería que no estaba en mal estado, pero como la mandó poner nuestra antigua media naranja entonces no sirve, no le gustan los focos ahorradores de luz blanca, ahora quiere poner bombillas tradicionales de luz cálida, aunque consuman más watts, con el argumento que las luminarias ahorradoras son más caras. En casa algunos miembros de la familia le aplauden todo, absolutamente todo, hasta cuando inventa motes que incomodan a los que no estamos de acuerdo con él; es triste ver cómo por ese nuevo amor los miembros de esta familia nos estamos polarizando, alejando y a veces buscando los golpes con tal de defender la postura que consideramos es la mejor. Ya se enfrentó a momentos delicados y no los resolvió, según él, alguien de nosotros mismos nos estábamos robando el combustible, todos nos volteamos a ver, nos comenzamos a señalar, nos castigó, nos dejó sin comer, sin permiso para salir porque no había hidrocarburo para hacerlo y cuando le pedimos nos dijera quién era el responsable, nunca lo hizo, no cayó nadie, nunca supimos quién era el culpable de tal atrocidad; un integrante de la familia me dijo que esto había sido como cuando nos enfermaron de influenza hace muchos años.
Qué vamos a hacer, todo lo que necesitamos es amor, esta nueva aventura no está resultando amorosa, si al que se fue de la casa le cargaron 43 desaparecidos, nuestra nueva pareja ya quemó a más de 120 y se le cayó un helicóptero con pasajeros incómodos, los hermanitos menores ya no tendrán estancias infantiles dónde desarrollar las primeras habilidades psicomotrices y de sociabilización. En fin, se corre un riesgo cuando se quiere demostrar que la pareja anterior hizo todo mal; que si bien no hizo todo lo correcto, algunas cosas se pueden rescatar, no todas pero, lo que más o menos funciona, déjalo, lo demás, adelante, que venga el cambio, ya lo dijeron los Fobia en una de sus últimas rolas: no todos son villanos queriéndote matar, la vida es un pic-nic, Ya bájale, nueva pareja, no nos polarices, es día del amor y la amistad, lleva la casa bien y déjanos ser felices.
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