La frase con la que titulé el Marca textos de hoy, es parte de la letra de la canción “Los Luchadores”, compuesta por Pedro Ocadiz en 1952 (fallece el 19 de mayo del 2016 a la edad de 97 años), cuyo tema se ha convertido en un himno para el deporte de las llaves y contrallaves, de los costalazos, del Pancracio Mexicano: La Lucha Libre.
El tema de los Luchadores la hizo famosa el Conjunto África, posteriormente la Única e Internacional Sonora Santanera, ambas agrupaciones con su estilo particular y guapachoso de interpretar esta canción, han puesto a bailar a varias generaciones, en reuniones, fiestas al ritmo de: Respetable público, lucharan dos de tres caídas, sin límite de tiempo, en esta esquina El Santo, El Cavernario, y en esta otra Blue Demon y el Bulldog. La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción. En el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición…
La lucha libre mexicana, se ha convertido en una cultura popular nacional, parte del folklore colectivo. Donde han surgido verdaderos ídolos, héroes reconocidos a lo largo y ancho del territorio mexicano e internacional como: El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, Black Shadow, Mil Mascaras, Rayo de Jalisco, Canek, Tinieblas, Súper Muñeco, Cavernario Galindo, Solar, Atlantis, Súper Astro, Lizmark, Octagón, Blue Panther, El Negro Casas, El Satánico, entre otros gladiadores.
La cultura de la lucha libre ha sido homenajeada con diversas exposiciones en diferentes galerías de arte, museos de prestigio. Los luchadores han sido parte del entretenimiento debajo del ring a través de álbumes, estampas, muñecos de plásticos con todo y ring incluido. Una cultura que se ha transmitido de generación en generación. Como todo en la vida existirá una parte de la sociedad que opine que es un show montado. Otros defenderán a capa y espada el por qué la lucha libre es un deporte de contacto.
La primera empresa mexicana de lucha libre EMLL, fue creada el 21 septiembre de 1933 por: el nacido en Colotlán, Jalisco el 21 de marzo de 1897: Salvador Lutteroth González, es considerado el padre del deporte de la lucha mexicana (actualmente es el CMLL Consejo Mundial de Lucha Libre). La primera función se realizó en la Arena Modelo en la CDMX.
La Arena Modelo, fue remodelada y Salvador Lutteroth la rebautizó como la Arena México, ubicada en Dr., Lavista 189, en la Colonia de los Doctores, CDMX, con una capacidad para albergar a 4500 espectadores, con gradas de madera, carecía de techo. Posteriormente gracias al auge de este deporte, se construyó la Arena Coliseo realizando funciones de lucha libre y box bajo techo; en pleno centro histórico de la CDMX, en la calle de Perú 77 en el barrio de la Lagunilla, inaugurada el 2 de abril de 1943, con una capacidad de 6,863 aficionados.
Regresando a la Arena México, este inmueble fue derrumbado junto con algunos terrenos y casas aledañas, en el año de 1954. La construcción duró dos años de arduo trabajo bajo la dirección del arquitecto: José Francisco Bulman, en 11 mil metros cuadrados. El gran escenario del pancracio mexicano fue inaugurado el 27 de abril de 1956, con un cartel extraordinario, encabezado por los ídolos de la afición y del momento: la dupla de Blue Demon y Rolando Vera, enfrentaron al Santo y Médico Asesino. La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción, en el ring luchaban los cuatros rudos ídolos de la afición. Las 18 mil 500 localidades agotadas. Para la contiendan inaugural de la Nueva Arena México.
Grandes batallas, grandiosos lances espectaculares, llaves y contrallaves, peleas de campeonato mundial, duelos de mascara contra mascara, cabellera contra cabellera. Peleas encarnizadas, ensangrentadas. Han pasado por estos dos inmuebles emblemáticos de la Lucha Libre Mexicana. El deporte de los costalazos también se ha pintado de negro, luchadores han partido, pero su historia, su legado luchístico, seguirán en la memoria del colectivo del aficionado.
En este 2019 que está por terminar; han perdido la vida estos grandes gladiadores: el can de Nochistlan, Zacatecas: Pedro Aguayo Damián “Perro Aguayo”, falleció el 3 de julio del 2019. Con 76 años de edad.
A la edad de 51 años, el 11 de mayo del presente año: el oriundo de Torreón, Coahuila: Silver King, perece durante una función de exhibición en Londres, Inglaterra, quien fuera hijo del Dr. Wagner y hermano del Dr Wagner Jr.
El 26 de agosto del 2019, dejó de existir el nacido en El Salvador, comerciante en el Barrio de Tepito: Dr. Karonte, forjó a sus cuatro hijos en el deporte de los costalazos: Carístico, Argos, Argenis y Dr. Karonte Jr., quienes están poniendo en todo lo alto el nombre de su padre.
El lunes 23 de diciembre del 2019, fallece el capitalino Efrén Tiburcio Márquez: Mr. Niebla, El Rey del Guaguancó, a la edad de 46 años.
El 2018 también fue un año muy triste y doloroso para la lucha libre nacional, dejaron de existir estos grandes guerreros legendarios del pancracio mexicano: el As Charro a los 68 años de edad; Universo 2000, hermano de los Dinamita, a los 55 años de edad; con 52 años de edad, El Arcángel; El Egipcio, con 61 años de edad; Max Linares, mejor conocido como El Rayo de Jalisco, a los 85 años de edad. El Picudo a los 51 años de edad. Y El Villano 3, “El rey Arturo”.
Grandes ídolos de la afición, que han hecho historia en este deporte; ahora forman parte del anecdotario, anales, memorias, crónicas de grandes batallas. Que despertaron emociones, alaridos del respetable público, frase acuñada del anunciador de luchas, que salía en las películas del Santo: Antonio Padilla “Pícoro”.




