- Indicadores económicos de los anteriores gobiernos no pronosticaban la realidad actual
- Es un sentimiento de protesta, de encono, que estaba soterrado, señaló exgobernador Otto Granados
Luego de cuatro años y medio como embajador de México en Chile, el exgobernador de Aguascalientes y exsecretario de Educación, Otto Granados, reconoció no entender qué fue lo que sucedió en aquel país que devino en las manifestaciones diarias por parte de la población: “Confieso que no tengo una explicación”, mencionó en rueda de prensa, minutos antes de la presentación de su libro El recuerdo y las heridas: el asesinato de mi abuelo.
“A pesar de que conozco el país y que viví allá por más de cuatro años, es un fenómeno para mí aún poco explicable”, manifestó el académico y escritor, quien antes dijo lamentar no haber tomado notas de sus experiencias como diplomático, que bien hubieran provocado temas para un análisis o una nueva publicación.
Compartió que cuando comenzaron las manifestaciones públicas en Chile él se encontraba en España en un congreso sobre inteligencia artificial y democracia; entre los participantes se encontraba el expresidente chileno Ricardo Lagos, a quién le formuló la misma pregunta, quien le dijo estar también sorprendido y consideró que todos los componentes en Chile no explican esta situación: se había tenido un importante crecimiento desde que regresó la democracia al país después de la dictadura; se duplicó el ingreso per cápita; se redujo la pobreza en un porcentaje considerable, aunque la desigualdad disminuyó en un porcentaje menor.
“Creo que los resultados que dieron los diferentes gobiernos chilenos no harían pensar en estos resultados. ¿Qué es lo que pasó?, en mi opinión es un tema en el cual afloró un sentimiento de protesta, de encono, que ahí estaba soterrado, oculto, que quizás no lo veíamos a pesar de que el país iba muy bien, pero que ahí estaba; tal vez lo que faltaba era el cerillo que encendiera la hierba seca y yo creo que el combustible es un encono entre clases sociales que estaba ahí”, manifestó Granados.
Explicó que los empresarios y parte de la prensa chilena son muy de derecha; a diferencia de la de otros países, la de Chile es más rancia al estilo del siglo XIX, además de racista, clasista y arrogante; además negó que exista en México a tales niveles: “En mi opinión, ése fue uno de los logros de la Revolución mexicana, el haber creado ese tejido intermedio, acentuar un poco el mestizaje y entender que de alguna manera entendemos que somos herederos; pero no es el caso en Chile”.
Si bien reconoció que el fenómeno de Chile es digno de estudiarse más, consideró que lo
señalado anteriormente es un factor de gran importancia de lo que actualmente sucede.
