Cuánto alboroto arma el señor que atiende desde Palacio Nacional y dice velar por los intereses de todos los habitantes de esta tierra, y luego para acabarla de amolar no aguanta vara, mire que al buen Felipín también le tocó la tunda en los medios, lo recuerda, era señalado por el incremento de la actividad del crimen organizado no sólo en las entidades que por “tradición” tenían células establecidas, sino por haberlo esparcido por todo el país; le digo, los medios lo tratábamos mal y con justa razón pero aguantó vara, nuca dijo que era el presidente más atacado de la historia ni tampoco “insinuaba” de manera permanente las estrategias de censura para silenciar a la opinión pública. Mal presidente, pero menos tirado al drama por lo que los medios hablaran o escribieran de él. Luego llegó el Quique, a ese pobre hombre le llovió y le llovió y luego le llovió sombre mojado, pero aguantó vara como los machos, aunque sus gobernados no lo bajáramos de incompetente por decirlo de una manera muy educada. Se convirtió en el rey de los memes, ahí sí, para que vea, yo pienso que no ha existido otro presidente mexicano del que nos hayamos burlado tanto como don Enrique Peña, mire que llegué a pensar que todo estaba fríamente calculado y que de pentonto no tenía un cabello, sino que era una estrategia bien fundamentada y estructurada para… para algo, pero no sé para qué; en fin. El último de los mohicanos priístas no sólo fue atacado por la prensa nacional, también la internacional abonó a la crítica, pero don Quique, como buen mexicano aguantó vara a pesar de las miles y miles de pifias, errores, tropiezos, metidas de pata, actos de corrupción, abuso de poder, etc., etc., también pudo haber dicho que era el presidente más atacado y ofendido de la historia de nuestro país, pero seguramente lloró en silencio.
El chiste es que de los últimos tres presidentes no se hace uno, y si nos vamos más atrás tampoco encontramos un resquicio de coherencia y buen gobierno, de pronto pareciera que estamos salados para esto de seleccionar a nuestros gobernantes o de plano somos muy ingenuos y nos enamoramos de ellos en campaña. En este último caso, me refiero al presidente que intenta gobernar a los más de 100 millones de mexicanos y que más del 50% padecemos los estragos económicos del momento histórico, este personaje además de presentar un perfil similar al de sus antecesores, tiene un alto grado de resentimiento contra todo lo que suene a Partido Revolucionario Institucional, Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y sociedad civil que no comparta su visión; me recuerda a esas personas que tienen redes sociales y sufren cuando no reciben reconocimiento del resto, no tienen pulgares arriba por sus publicaciones y entonces se deprimen y comienzan a odiar a todos los que no celebran su interacción aunque sea mala, pobre, hueca; pero entonces comienzan a crear grupos cerrados o de camarillas para sentirse aceptados pero sobre todo adulados.
Y así las cosas, llegamos a un punto donde la confrontación entre nosotros no cesa, la estrategia de polarizarnos sigue vigente y dando frutos, no sólo es que el señor que despacha desde Palacio Nacional no aguante vara y siga creando grupos o camarillas de aduladores, no acepta la realidad y la estadística, por lo tanto está ocasionando que el día a día sea más difícil, cada una de las decisiones es cuestionada, esas mismas son aceptadas por el otro bando de ciudadanos que lo apoyan con los ojos cerrados, así que la polarización y el descontento se magnifica.
A ras de piso, qué entendemos por una consulta popular y cuáles son sus beneficios, con el resultado de esta se podrán tomar decisiones para cambiar el rumbo del país, seguramente, estimado lector, no pareciera una estrategia para validar o darle legalidad a su hambre de venganza contra un sistema que desde la óptica de nuestro personaje principal lo detuvo muchos años para poder llegar al poder. Una consulta popular en una fecha diferente a la que está agendada para las elecciones del próximo año es la salida más adecuada a estas peticiones casi órdenes por alinear los procesos, el jefe supremo sabe que si no está en la boleta la consulta puede no favorecer a sus intereses.
El Diario Oficial de la Federación publicó ayer que la consulta popular a actores políticos se llevará a cabo el domingo 1 de agosto de 2021 entre las 8:00 y las 18:00 horas y no se encima con el día de las elecciones que es el 6 de junio de 2021, es decir primero elecciones y luego consulta popular donde usted contestará una sola pregunta ¿Estás de acuerdo o no en que se llevan a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas? Las opciones de respuestas son: Sí estoy de acuerdo, no estoy de acuerdo.
También se acordó que la organización, desarrollo, coordinación, cómputo y declaración de resultados de esta consulta popular correrá a cargo del INE.
No hay nombres como el presidente lo quería, no es señalar de manera directa, por lo que ahora tendrá que adiestrar a sus huestes y estos a su vez a sus redes ciudadanas para que todos tachen la opción de “sí, estoy de acuerdo”, pero ojo, dice emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos; eso quiere decir que, de ser aceptada por el pueblo bueno y por el malo el emprender estas investigaciones, también puedo incluir a la actual administración, en tan sólo dos años la vida sociopolítica, económica y cultural se ha deteriorado de manera considerable, y créame estimado lector no ha sido culpa de nosotros ¿o si? Votemos pues.
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