Los principales promotores de la infodemia acerca de la pandemia de coronavirus han sido los gobiernos, en todos los niveles y en todas las entidades federativas, por supuesto, en un esfuerzo por desarticular las críticas a las acciones de prevención y al manejo de la crisis sanitaria, en todas partes se siguió el ejemplo del “científico” a cargo del asunto en el ámbito federal, en un primer momento incluso se copiaron las conferencias diarias de Hugo López-Gatell, también se imitó la línea discursiva que pondera el número de camas libres antes que el número de contagios o los fallecimientos.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, una infodemia es una sobreabundancia de información que incluye intentos deliberados por difundir información errónea para socavar la respuesta de salud pública y promover otros intereses de determinados grupos o personas. Subraya la OMS que “la información falsa polariza el debate público sobre los temas relacionados con la Covid-19; da alas al discurso de odio; potencia el riesgo de conflicto, violencia y violaciones de los derechos humanos; y amenaza las perspectivas a largo plazo de impulsar la democracia, los derechos humanos y la cohesión social”. El diario bombardeo que el Sector Salud hace de la información con que cuenta y difunde de manera sesgada ya logró su propósito, ahora la población cuenta con la justificación para no seguir las mínimas reglas de sanidad para prevenir los contagios.
El director de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, declaró que será imposible controlar la pandemia de Covid-19 mientras haya quien no crea en el virus e incumpla con las medidas sanitarias, “Nuestro problema y nuestro gran desafío es que no todos hacen eso, no todos tienen el conocimiento para hacerlo, no todos aceptan que esto es lo que se debe hacer, porque no creen en esta enfermedad, no creen que tenemos una pandemia en nuestras manos”, y así evitan cumplir con la distancia social, lavarse las manos constantemente y usar cubrebocas.
Mientras los gobiernos discuten si hay un rebrote o un repunte en los contagios y muertes a causa del Covid-19, se está olvidando la tarea de difundir la información correcta para salvaguardar la salud de la población; mientras en las conferencias de López-Gatell se realicen declaraciones contradictorias sobre el uso del cubrebocas, miles de covidiotas seguirán saliendo a las calles sin creer en el virus y las consecuencias del contagio.
Se puede señalar de cómplices de la infodemia a las autoridades cuando insisten en difundir información que demuestra el éxito del manejo de la pandemia, cuando se trabaja en beneficio de un partido o un personaje antes que en la difusión de las medidas de prevención.
La próxima saturación de hospitales y el incremento constante de contagios indican un empeoramiento de la pandemia. ¿vamos a seguir discutiendo si alguien es una fuerza moral antes que una fuerza de contagio?, ¿se continuará realizando un ejercicio diario de la administración de las muertes?, si esas son las opciones que desde los gobiernos se dan, difícilmente podremos convencer a todos de seguir cuidándose.
Mientras el discurso oficial sea errático y cuidadoso de su propia imagen antes que insistir en las medidas de prevención, estamos condenados a que se multiplique el número de ignorantes que sin sentido de comunidad ya se cansaron del encierro y demandan que se les permita salir a divertirse.
Coda. Ha quedado claro que el debate serio en México no pasa por la Presidencia, señaló en una entrevista Roger Bartra y agregó que el presidente López Obrador escucha selectivamente y evade el debate, “él no debate, él insulta. La discusión de las ideas no parece posible en ese terreno; hay que llevarla a los medios, a las revistas, a las universidades, a la sociedad civil, lejos de la burbuja política en la que vive el presidente”. ¿Qué respondió López Obrador?, exactamente lo predijo Roger Bartra, quien acierta en que hay que llevar el debate a terreno propicio, la pregunta sigue siendo ¿cómo?
@aldan
