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viernes, diciembre 5, 2025

Conspiraciones/ Bajo presión 

Edilberto Aldán
Edilberto Aldánhttp://edilbertoaldan.blogspot.com/
Ex Director Editorial LJA.MX (2012 - 2024)

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Los conspiranoicos se alimentan del sospechosismo, sin distinción de las fuentes suelen agrupar cualquier información y ponerla en duda porque proviene del grupo opresor, de quienes intentan mantener el status quo, se inventan un enemigo mayor, casi siempre invisible, para convocar a la resistencia.

No importa quién diga qué, hay que sospechar, en especial si la información proviene del gobierno, porque con la idea de que no hay autoridad que busque, sinceramente, el bien común no merecen nuestra confianza; a “ellos” los mueve sólo el interés egoísta de un reducido grupo de privilegiados.

Si ese conocimiento es técnico o científico, con mayor razón se duda de él, se simplifica la historia para establecer que al grupo que nos domina lo hace desde el privilegio, sin prurito alguno se mezclan educación, raza, género y origen para conformar el grupo opresor. A ese enemigo invisible se le dota de características que permitan a la masa encontrar en su ignorancia una forma de cohesión, por eso es necesario sospechar de lo que digan, porque quienes nos dominan, desde siempre, emplean su conocimiento para avasallar a los simples; mejor crear un pasado idílico, acudir a lo ancestral, a cuando todos éramos buenos salvajes, el paraíso donde todos sabíamos muy poco, pero lo sabíamos todos.

El conocimiento, antes que una herramienta, es considerada un privilegio, por tanto, una de las herramientas que el grupo opresor emplea para mantenernos bajo su dictadura. Se combate a la inteligencia, se desestima la ciencia y se prefiere al pensamiento mágico, ese que confía nuestro futuro a un destino mejor, escrito por una voluntad más alta.

En el fondo, lo que los conspiranoicos logran es igualarnos en la mediocridad.

En medio de la pandemia, ante el descubrimiento de las vacunas, se multiplican los mensajes de advertencia, embozados en la sospecha, leo con preocupación, cómo cada vez son más quienes comienzan a dudar del descubrimiento de la sustancia que podría lograr la inmunización. En redes, se viraliza la postura de cuestionar cómo es que se logró elaborar en menos de un año un remedio contra el covid-19, cuando hemos pasado siglos sin poder erradicar el cáncer. A los conspiranoicos no les importa agrupar en una sola enfermedad una multiplicidad de manifestaciones de un proceso, el propósito es poner en duda la vacuna.

La lógica del conspiranoico es sorprendente, presenta sus fantasías como argumentos y es capaz de explicar sus delirios de forma coherente, después de todo no es tan difícil, se basa en el miedo, no en el análisis de los hechos, para convencer al otro no requiere más que una mentira contundente a la cual rodear de suposiciones. No se tiene que citar la fuente, basta mencionar que lo leyó en un correo, que alguien le pasó la información, que una tía se acuesta con el asistente segundo de alguien que tiene acceso al gabinete, que un amigo tiene un primo con una hermana que a su vez tiene un amigo al que le sucedió. Además, es verdad porque así lo dicta el tono docto que asume para desechar cosas de las que no tenía el menor conocimiento unas horas antes, como descartar el uso de tapabocas porque el virus se mide en nanómetros mientras que los orificios de la tela se pueden ver a simple vista; si aún encuentra resistencia, basta disparar una serie de preguntas a las que antecede la sospecha de que algo se nos oculta.

La duda es un principio para ampliar nuestro conocimiento. La sospecha es rendirse a pensar.

Coda. “Pero enseguida advertí que mientras de este modo quería pensar que todo era falso, era necesario que yo, quien lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy, era tan firme y cierta, que no podían quebrantarla ni las más extravagantes suposiciones de los escépticos, juzgué que podía admitirla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que estaba buscando”, sí, el cogito ergo sum de René Descartes.

 

@aldan

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