Si hablamos de la innovación y tecnología en la industria cinematográfica tenemos únicamente 3 verdaderos protagonistas: Auguste et Louis lumière, Georges Méliès y Walt Disney.
Los hermanos Lumière desarrollaron una cámara que tomaba fotos instantáneas y al poco tiempo un aparato que permitía su reproducción visual en gran escala, el cinematógrafo.
El primer cinematógrafo era una caja de madera con un proyector y una película perforada de 35 milímetros. Después de tres prototipos los Lumière dieron su primera exhibición pública el 28 de diciembre de 1895.
En ese momento se creía que no podría haber más avance, sin embargo, Georges Mèliés no sólo fue el padre de la ciencia ficción sino también de los primeros efectos especiales al sobreexponer la película y captar objetos que aparecían y desaparecían de la misma.
Posteriormente se agregaron de a poco efectos, pasó de ser cine mudo a sonoro, pero con la curiosidad de Walt Disney la tecnología cinematográfica se desarrolló hasta lo que el día de hoy conocemos.
Walt Disney pensó en pasar la experiencia cinematográfica a una narrativa ambiental multisensorial inspirada en sus películas así que instaló un área en su empresa llamada Imagineering, un laboratorio de creatividad.
Disney quería crear un parque temático así que invitó a los creativos de sus películas a desarrollar un proyecto que pasara de una maqueta a una dimensión natural con lo más nuevo en tecnología para que fuera atractivo y redituable.
Sus creativos fueron llamados entonces imagineer, el término viene de la fusión de las palabras en inglés imagine (imaginar) y la palabra engineer (ingeniero), y se han dedicado por décadas a diseñar los resorts, parque temáticos y de atracciones de Disney en el mundo.
Con un hombre curioso y lleno de inventiva los imagineer comenzaron a desarrollar prototipos de tecnología que crearon los inicios de Disneyland y el impulso para la cinematografía, con el fin de “entretener” a los visitantes a los parque y hacerlos vivir una experiencia desde las historias que cuenta cada atracción.
Antes de los imagineer no existían los animatronics, esos robots que en un principio tenían poco movimiento y voz, pero con el paso de los años fue mejorando hasta que nos hace dudar si es real o no.
Para los años 70´s ya habían creado el sistema robótico que tanto impresionó en la película Terminator en los años 90´s. En los 80´s inventaron las pantallas táctiles y nosotros las disfrutamos en nuestros teléfonos tan solo a partir de esta última década.
Nos impresionamos con la animación de las películas de Pixar pero sin la inventiva de los imagineer, quienes día a día trabajan en pro de la creatividad y la innovación, eso, y otras tecnologías hubiera tardado más en llegar.
Actualmente se ofrecen trabajos como “creativos” pero en realidad no es un semillero de la imaginación sino un poco de todo, cargar cables, tripoides, grabar, editar a destajo sin que sea un empleo donde realmente se viva la inmersión en la imaginación.
Ingenieros civiles, mecánicos, matemáticos, diseñadores, comediantes, actores y muchos más oficios se necesitan para que la imaginación logre llegar a un producto final donde se cuenta una historia y nosotros estamos inmersos en ella gracias a la creatividad, ingenio y aplicación de la tecnología en todas sus formas.
En el mundo faltan muchas más fabricas de la creatividad, donde gracias al esfuerzo diario de imaginar lo inimaginable se desarrolle tecnología con la que evoluciona el séptimo arte y de la que tenemos mucho por aprender.
Muchos de los imagineer son adultos que crecieron con Disney y quienes disfrutan el tener una carrera universitaria que puede llevarlos a vivir en un escape creativo. Algunos de nosotros en diferentes momentos de nuestra vida laboral buscamos esos espacios creativos donde podamos recrearnos y confirmar nuestra propia ficción así que trabajar todos los días creando e inventando es un sueño hecho realidad para quienes trabajan en la fábrica de imaginación de Disney.
Imagineering no es sólo la creación de parques temáticos y de atracciones sino un estilo de vida donde minuto a minuto el ingenio los lleva a desarrollar tecnología que podemos presenciar en los parques o disfrutar en las salas de cine o en casa.
Sin el arduo trabajo de los imagineer algunos de nuestros libros no hubieran cobrado vida y muchas historias se hubiesen perdido lejos del vox populi, pues la tecnología que fue creada para una atracción posteriormente se aplicó en la tecnología cinematográfica y es un ciclo virtuoso que aún no termina.
Quiza no guste de las películas infantiles, pero el documental The Imaginnering Story no puede dejar de verlo, es como el detrás de camara de toda la tecnología que hay en los parques Disney y la cinematografía moderna.
El observar cómo la ciencia es llevada al arte es impresionante, una historia llena de héroes anónimos que hacen reír, vivir y soñar a generaciones gracias a que compartieron su entusiasmo e invaluable creatividad.
Ahora que si usted quiere poner en práctica su inventiva Khan Academy y Disney tienen un curso donde usted puede crear su propio parque creativo siguiendo paso a paso a su imaginación para que al final llegue a ser un imagineer y sea un verdadero creativo que puede generar cambios estructurales en la tecnología y el arte.
¿Y usted es un imagineer?
Laus Deo
@paulanajber
