“Formar profesionales, emprendedores que se distingan en el ámbito de las organizaciones por su saber, por su hacer y por su ser”.
Para que un país pueda aspirar al progreso, es necesario que ponga su atención y sus esfuerzos en la educación. Cuando existe la posibilidad de formar ciudadanos de calidad y de tender puentes para instruir y generar equilibrios culturales y civiles, solo es cuestión de tiempo para que en el corto y en el mediano plazo se comiencen a ver grandes diferencias en los sectores más vulnerables, así como en la eficiencia de las instituciones tanto públicas como privadas.
La digresión del tiempo en nuestro país ha sido marcada por grandes movimientos políticos y sociales. Después de la Revolución Mexicana, en la etapa de la consolidación de las instituciones, se extendió la posibilidad de que el Banco de México tuviera autonomía, lo anterior, producto de la gestión de Manuel Gómez Morín; ese fue el primer estilóbato para que el 1 de abril de 1929 se fundara la Escuela Bancaria Comercial, siendo un precedente verdaderamente loable para la existencia de una instancia educativa enfocada en preparar profesionales bajo los principios de la eficacia y la eficiencia, en un contexto de libertad, laicicidad e inclusión.
La visión de esta gran institución es, aspirar a que la excelencia educativa sea base del trabajo, y con ella buscar el progreso de la comunidad. Cuando una escuela tiene como prioridad la posibilidad de generar dinámicas comunitarias, se logra apreciar una disposición que trasciende de sus propios muros, es decir, la educación tiene que generar aprendizajes significativos, pero también debe mejorar los entornos y ayudar a las personas en las tesituras de solidaridad y subsidiariedad.
Por la educación se asciende a la libertad, por la ignorancia se desciende a la servidumbre; a lo largo del tiempo esta destacada escuela ha forjado a personas íntegras y comprometidas con un mejor México, ha tenido destacados egresados como el expresidente de la República Adolfo López Mateos, el fundador de productos lácteos Yakult, Carlos Kasuga y destacados banqueros, empresarios, senadores y docentes. En su amplia oferta educativa abarca los puntos prioritarios de la economía de nuestro país, y definitivamente está considerada como una de las mejores instituciones educativas.
Entre una de sus principales fortalezas se destaca la preparación y la inducción que tienen para sus docentes y su personal administrativo, existe un seguimiento personal enfocado al desarrollo de competencias y aptitudes que facilita la profesionalización de los maestros, con la finalidad de mejorar el desempeño de su alumnado.
“La diferencia entre un país que da buena educación y uno que no, es tan grande como la de países de diferentes siglos”.
En un país tan fragmentado como el nuestro, es más que necesario tener instituciones que generen equilibrios y que formen a los líderes del mañana, nuestro presente demanda la actuación inmediata de personas que no pretendan ser importantes, sino que estén enfocadas en ser útiles. Las bases para el desarrollo óptimo de una nación se centran en gran medida en su economía. Los países en vías de desarrollo tienen la posibilidad y la factibilidad de avanzar en mayor proporción, sin embargo, se requiere voluntad, existen diversos motores que impulsan a nuestro país, como lo es el sector empresarial y por supuesto el sector educativo. La EBC logra conjuntar y vincular de manera natural los aspectos educativos y formativos para sean impulsores y precursores del desarrollo.
Quien invierte en educación, está conquistando su futuro, la economía es un eje fundamental y de vital importancia para nuestra sociedad. Manuel Gómez Morín dilucidaba en 1927 un país dividido y con graves problemas de injusticia, en donde existía la falta de nacionalismo humanista; noventa y cuatro años después podemos ver que existen grandes similitudes con nuestro presente. La EBC sostiene que educar es enseñar a pensar, dialogar, analizar, investigar y del mismo modo aplicar las herramientas tecnológicas bajo una pedagogía constructivista que oriente desde el saber, al servicio, bajo el sentido ético.
En la medida en que las personas tengan conciencia ciudadana, se podrá vislumbrar una patria ordenada y generosa, podrá existir equilibrio entre el poder y la economía. La visión de la EBC es clara y objetiva “aspiramos a que la excelencia educativa sea base de nuestro trabajo, y con ella buscamos el progreso de nuestra comunidad”.
Cuando existe congruencia y dedicación siempre se puede aspirar a más, es menester hablar y resaltar aquellas acciones que evocan a la educación y al progreso, recordemos la frase “Las ideas y los valores del alma son nuestras únicas armas, no tenemos otras, pero tampoco las hay mejores”.
In silentio mei verba, la palabra es poder.




