Sin importar la edad, la condición social, la militancia ideológica o el gusto musical, es difícil desconocer la importancia de la aparición del primer disco de Molotov, ¿Dónde jugarán las niñas? generó polémica, rechazo y aceptación por igual, pero nadie duda de la calidad musical de este álbum. En un primer momento, el uso de un lenguaje duro, directo, subversivo opacó el mensaje de oposición al autoritarismo y valoración de la participación ciudadana.
Más allá de las críticas a la canción “Puto”, otros temas de ese disco se convirtieron en himnos en los que más jóvenes se apoyaban para exponer su enojo y desencanto, como “Que no te haga bobo Jacobo”, “Gimme the power” y “Voto latino”, en una entrevista con The Associated Press, el baterista Randy Ebright dijo que era triste que esas canciones fueran tan actuales “porque todo aquello de lo que hablan sigue existiendo; pero también es del vox populi, los problemas son tan obvios y por culpa de unos cuantos, que el cambio no se produce, y mientras tanto está esta frustración y este coraje masivo”.
Morena se ha vendido como el partido que representa la respuesta a esa frustración y coraje, la organización de los desencantados por la corrupción, sin embargo, para crecer y estar a la altura del presidente Andrés Manuel López Obrador, acepta en sus filas a los representantes de las prácticas corruptas que dice combatir y, pero aún, abusando de la superioridad moral del presidente, permite que sus candidatos se comporten de forma deshonesta, como el candidato a la alcaldía de Aguascalientes, Arturo Ávila Anaya, quien recién lanzó un musical para pedir el voto masivo para Morena, plagiando la canción “Voto Latino” de Molotov.
En un entorno donde a los candidatos y partidos han optado por hacer el ridículo para llamar la atención de los electores, este episodio pudo haber pasado sin pena ni gloria, sin embargo, al verse descubierto, el candidato de Morena, en vez de ofrecer una disculpa, aceptar el robo y ofrecer la reparación del daño, exhibió su estatura moral y las posibles deficiencias con que actuaría en caso de llegar a ganar. Ante el anuncio de Molotov de presentar una demanda por plagio, Arturo Ávila le agradeció a la banda por ser “inspiración del proyecto”, darle un “empujón” al grupo de músicos que se prestaron al plagio y se escudó en que no es político, sino un “ciudadano que quiere transformar la ciudad”; discurso de mentiras, nada justifica el plagio, los de Molotov no son sus amigos ni inspiran nada, por el contrario, ya le contestaron que ni drogados votarán por el de Morena, y al hacer cómplices del delito a los músicos locales, sólo muestra su irresponsabilidad.
Plagiario confeso, si así hace campaña, ¿qué no hará si llega al gobierno?
Coda. Molotov ha tenido que explicar, una y otra vez, que su canción “Puto” no es homofóbica, en un documental incluso señalan que se refieren a quienes ejercen el poder de una manera desmedida, un plagiario, por ejemplo.
@aldan




