Evidentemente 1972 fue uno de los años más fructíferos en la escena del rock internacional, algunos de los mejores discos de la siempre inconclusa historia del rock, se publicaron ese año, hoy con motivo de la celebración del cincuentenario del disco Darwin del grupo de rock progresivo italiano Banco del Mutuo Soccorso, dedicamos el banquete a esta joya imprescindible en cualquier fonoteca que aspire a ser tomada con seriedad.
Esta agrupación italiana Banco inició su vida musical en 1968 en la Ciudad Eterna con los hermanos Gianni y Vittorio Nocenzi, específicamente debemos ubicar su inicio en el Festival Pop di Carcalla en Roma en el año de 1971, fue en este evento en donde los hermanos Nocenzi se unieron al guitarrista Marcello Todaro, al bajista Renato D’Angelo, el baterista Pierluigi Calderoni y al cantante Francesco di Giacomo, es a partir de esta formación que, hay que decirlo, no es la original, el grupo empieza a manifestar un interés muy grande por la música clásica y a dirigir el rumbo musical de Banco por estas deliciosas latitudes musicales.
El disco de Darwin es, salvo tu mejor opinión, el mejor disco de Banco del Mutuo Soccorso, se publicó en diciembre de 1972, estamos hablando de la segunda producción de Banco con esta formación que es la que dio a la agrupación un lugar de honor en la generosa escena del rock progresivo italiano. El primer disco es homónimo del grupo y desde ese primer momento se llegó a considerar la voz de Francesco di Giacomo como la voz más característica y con más personalidad del rock progresivo italiano.
Con Darwin alcanzan alturas inhóspitas, es un álbum conceptual, -lo que en términos de música de concierto llamaríamos poema sinfónico-, basado en la teoría de la evolución de Charles Darwin, y obedeciendo a esta base, el primer corte del disco se llama L’Evoluzione, una composición de casi 15 minutos de duración. La instrumentación es muy rica con argumentos musicales muy convincentes, hace uso, además de los instrumentos básicos del rock, de otros recursos como el clavecín, por ejemplo, propio de la música barroca, aprovechando, por supuesto, que los dos hermanos Nocenzi son tecladistas consumados y consolidados, los teclados evidentemente suenan de una forma demoledora en todo el disco, pero especialmente tienen un papel protagónico en este primer corte del disco, de hecho podríamos considerar L’Evoluzione como una obra íntegra dentro de otro concepto musical.
Después de este revolucionario y académico inicio, el disco continúa con La Conquista della Posizione Eretta, es decir, La conquista de la posición erecta en donde encontramos a Banco haciendo uso del recurso del contrapunto, una herramienta musical propia del barroco cuyos cimientos más sólidos los encontramos en el Arte de la Fuga, BWV 1080 de Johann Sebastian Bach, una obra que, por cierto, el maestro dejó inconclusa. La Conquista della Posizione Eretta nos presenta un panorama con varias capas de sonido que nos da la impresión de exigirnos más de dos oídos para poder disfrutar del complicado y al mismo tiempo delicioso tejido polifónico.
La cara B del disco, hablo por supuesto del vinil, tiene temas musicales más cortos, pero igualmente impregnados de un lenguaje musical ambicioso que no se conforma con el facilismo de la música comercial, sino que busca mantener su identidad incorruptible, aún en la brevedad de los cortes que integran esta parte del disco. En contraste con el contrapunto del segundo corte del disco, el tercer capítulo de la teoría de la evolución de Darwin de acuerdo a la propuesta de Banco del Mutuo Soccorso tiene un lenguaje musical muy jazzeado, me refiero a una breve pieza llamada Danza dei Grandi Rettilli, o la Danza de los Grandes Reptiles con la sección rítmica, batería y bajo representando la base sólida para los atrevimientos que se permiten los dos teclados y la voz de Fancesco di Giacomo. Esta misma brevedad continúa en el siguiente tema: Cento Mani e Cento Occhi, Mil Manos y Mil Ojos, un interesante contraste entre la música académica y el rock, representando ambos lenguajes musicales, por un lado con el órgano Hammond y el sintetizador Moog que es unas de las cartas de identidad más celosas en el amanecer del rock progresivo.
El piano y la voz son los grandes protagonistas en el tema 750000 ¿anni fa… l’amore? Hace 750 mil años…¿amor? Para continuar después con Miserere alla storia, Lamento de la historia con el caos que representa el curso de la historia y la diversidad de opiniones respecto al origen del hombre, este tema musical juega perfectamente su labor como música descriptiva, eso que Franz Liszt llamaría poema sinfónico en la segunda mitad del siglo XIX, la música, aparentemente caótica, representa ese desorden ideológico que se ha presentado en el curso de la historia…y de alguna manera se sigue presentando.
El disco termina con ¡Ed ora io domando tempo al tempo ed egli mi risponde… non ne ho! Le pido al tiempo más tiempo y el tiempo me responde, no tengo más, presentimos con fidelidad un ambiente lúgubre, quizás hasta tenebroso, podríamos pensar tal vez en la banda sonora de una película de terror, al menos esta impresión tengo del cierre de Darwin, uno esperaría tal vez un retorno al inicio como conclusión, pero esto no sucede y el disco termina dejándonos un sabor extraño, como insaciable, dejándonos con una evidente necesidad de más, pero ya no hay más. El disco ha terminado y se cierra así una de las más grandes obras musicales, sin duda, del siglo XX.
