José Gregorio ‘N’, mejor conocido como ‘El Lastra’, no solo era un reclutador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), sino que también dirigía el centro de adiestramiento en Teuchitlán, Jalisco, donde quienes intentaban escapar o no seguían órdenes eran asesinados o torturados. Así lo confirmó el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, durante la mañanera de este lunes.
Así cayó ‘El Lastra’
Este sujeto fue detenido el pasado 22 de marzo en la Ciudad de México en un operativo encabezado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional y la SSPC. Desde su arresto, han salido a la luz detalles escalofriantes sobre su modus operandi y la brutalidad con la que operaba el CJNG.
Antes de ser capturado, ‘El Lastra’ recibió la orden de suspender el adiestramiento criminal en una reunión que sostuvo el 10 de marzo en Puerto Vallarta con Gonzalo Mendoza Gaytán, alias ‘El Sapo’, un alto mando del cártel. Luego de esto, intentó esconderse en Tala, Jalisco, hasta que finalmente se trasladó a la Ciudad de México, donde fue capturado junto con una mujer identificada como Abril ‘N’.
El modus operandi de ‘El Lastra’
Según García Harfuch, ‘El Lastra’ no trabajaba solo; tenía una red de colaboradores encargados de engañar a jóvenes con falsas ofertas de trabajo publicadas en redes sociales, especialmente en TikTok. Su estrategia era simple pero efectiva:
Publicaban anuncios de empleo prometiendo sueldos de hasta 12 mil pesos al mes para puestos como “guardia de seguridad”. Los interesados eran citados en centrales de autobuses en Jalisco. Desde ahí, eran trasladados al rancho Izaguirre, en Teuchitlán, donde comenzaba el verdadero infierno.
Al llegar, los reclutas eran despojados de sus pertenencias, uniformados con ropa táctica y aislados del mundo exterior. Durante un mes, recibían entrenamiento en manejo de armas y acondicionamiento físico. Pero no todos lograban salir con vida.
Según las declaraciones del propio ‘Lastra’, aquellos que intentaban escapar o se resistían al adiestramiento eran brutalmente golpeados, torturados o asesinados. Su testimonio confirma lo que muchos temían: en Teuchitlán, el CJNG operaba un campo de entrenamiento donde la única salida era someterse o morir.
Hasta la fecha, las autoridades han detenido a 49 personas vinculadas al reclutamiento forzado del CJNG, y la captura de ‘El Lastra’ representa un duro golpe para la estructura del cártel.
