- Este club combina el gusto por las bicicletas de estilo único con labores de apoyo social en Aguascalientes
- Esta agrupación promueve la convivencia familiar, la recuperación de valores y la orientación de jóvenes en situación de riesgo
A través de eventos y campañas, buscan fortalecer el sentido de pertenencia y la solidaridad en la comunidad
En Aguascalientes, un grupo de entusiastas de las bicicletas tipo Low Rider ha encontrado en el Club Compadres Agüitas algo más que un pasatiempo: una comunidad que promueve la convivencia familiar, el apoyo social y la recuperación de valores fundamentales.
Durante una reunión, los integrantes compartieron su experiencia. Ángeles, madrina del club, destacó que el grupo no solo fomenta la actividad física, sino que impulsa proyectos sociales para apoyar a sectores vulnerables: “Tengo 30 años apoyando aquí en Aguascalientes. Trabajamos en proyectos para servicios funerarios, hospitales y medicamentos”, relató.
La comunidad del club no distingue género ni edad: mujeres, hombres y familias enteras se han unido con entusiasmo. Sofía, una de las nuevas integrantes, subrayó que la convivencia familiar es uno de los mayores logros: “A veces creemos que los adolescentes ya entienden todo, pero es cuando más necesitan guía”, comentó.
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Javier Medina Lobo, otro miembro, compartió su pasión por el estilo Low Rider, nacida en un viaje a Ciudad Juárez. Aunque personalizar su bicicleta ha requerido inversión, afirma que vale cada peso, no solo por el objeto, sino por el sentido de pertenencia que genera.
Más allá de los estereotipos sobre la vestimenta o el estilo, el club promueve el respeto, el trabajo en equipo y el compromiso social. Como enfatizó uno de los organizadores: “No nos juzgues por cómo vestimos, mejor conoce cómo ayudamos”.
Chuy, fundador del Club Compadres Agüitas, relató que la inspiración surgió tras convivir con el club homónimo de León. El proyecto no solo lo alejó de las adicciones, sino que le ofreció una nueva dirección de vida: “Todo se puede cambiar si encuentras algo que te apasione, como una bicicleta”, afirmó.
El club, formado por entusiastas como Jaz, Ángeles, Sofi, Cory y Danu, no solo disfruta el deporte, sino que trabaja para alejar a los jóvenes de las calles y formar una gran familia basada en la solidaridad.
Su punto de encuentro es El Encino, donde los fines de semana organizan rodadas y actividades solidarias. Aunque el grupo tiene apenas cuatro meses de vida, ya se ha ganado el respeto de la comunidad, demostrando que invertir en una pasión sana es también invertir en bienestar. Para Chuy y todos los Compadres, una bicicleta es mucho más que un vehículo: es una herramienta de transformación personal y comunitaria.




