Opciones y decisiones
El niño y sus preguntas fundamentales
¿A qué se parece la declaración del 02 de abril de 2025, desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, del presidente Donald Trump? Las nuevas generaciones tienen derecho a preguntárselo -como lo hacen los niños-, ante una proclamación desorbitada y estridente: “Día de la Liberación” de Donald Trump, de su país Estados Unidos, respecto del resto del mundo. Para iniciar, significa:
- Guerra comercial global histórica: el presidente Donald Trump declaró una emergencia económica en EE.UU. y anunció aranceles de al menos el 10 % para todos los países, con tasas aún mayores para 60 países o bloques comerciales con un alto déficit comercial con Estados Unidos. Los aranceles a los automóviles ya están en vigor (Fuente: CNN. EE.UU. Aranceles de Trump, 3 de abril de 2025).
- China, la más afectada: China, el segundo mayor exportador a EE.UU. después de México, enfrentará ahora un arancel del 54 % y prometió contraatacar. Canadá y la UE, también importantes socios comerciales, están preparando contramedidas.
- Temblaron los mercados globales: tras el anuncio de los aranceles, las bolsas estadounidenses cayeron bruscamente, al igual que los mercados asiáticos y europeos. El oro alcanzó un nuevo récord, ya que los inversores buscan inversiones más seguras. Destacados economistas declararon a CNN su temor a que los aranceles pudieran generar una recesión global.
Desde otra perspectiva, CNN afirma: El presidente Donald Trump se dispone a apostar esta semana el éxito de su segundo mandato, la economía y las finanzas personales de millones de estadounidenses a su creencia de larga data de que los aranceles pueden recrear una época dorada de riqueza e independencia para Estados Unidos.
¿O no? El liderazgo de Trump es tan caprichoso que nada es seguro hasta que sucede. Y las órdenes inflexibles, especialmente en materia comercial, suelen revertirse en cuanto se dan (CNN. Análisis. Stephen Collinson. 31 de marzo, 2025).
Hace unas décadas apenas, un sistema de medición europeo, el GLOBAL Europe Anticipation Bulletin, https://geab.eu/es/, proyectaba en sus “anticipaciones”, la urgente necesidad de los países desarrollados y aquellos en desarrollo, de “desacoplarse” de los Estados Unidos de Norteamérica, debido a la crisis económica a la que se encaminaba. Entre sus recomendaciones destacaba el timbre de alarma dado a México, debido a su estrecha liga que lo ataba a la economía norteamericana. El gran fetiche que enfrentaba el mundo era el de la “stangflación” (estancamiento económico con inflación, debido a las altas tasas de interés).
En verdad, se trataba de una infortunada suerte… estar ligado a la economía más poderosa del planeta y sin embargo… Los presagios transcurrieron y la suerte del mundo permanece en un estado paradójico y aun perpléjico; cesar la globalización como el modo de regir la hegemonía centralizada económica mundial. Para imponer la de una sola hegemonía excluyente del resto del mundo; por encima de cualquier otro esquema pluralista.
Hoy amanecimos con la proclama trumpista de una “liberación” planetaria de “ellos” frente al mundo. Y, según esto, la guerra comercial planetaria ha comenzado. Bajo el eslogan populista de reivindicar su hegemonía MAGA: Make America Great Again! Él solo, como eje dominante del resto del mundo. Y todo por ser allanado como aquellos atados de trigo inclinados simbólicamente ante el único erguido del profeta, al que rinden las doce tribus.
No obstante los pésimos auspicios, el GEAB 193, el boletín mensual del Laboratorio Europeo de Anticipación Política aún anticipa que el futuro inmediato depende de la opción por la paz. Lo expone así: Hay momentos en que las peores guerras cobran sentido: es entonces cuando se firman los grandes tratados, esos que quedan en los libros de historia por haber cambiado el mundo o, realmente, por haber logrado abrir una vía hacia un futuro bloqueado: Westfalia, Versalles, Yalta… y pronto Riad, anticipamos.
Y lo profundiza diciendo: Hace 19 años, el GEAB se propuso anticipar las etapas de un proceso histórico de transición de un mundo centrado en Occidente a un mundo multipolar, una lenta evolución entre dos sistemas radicalmente diferentes, ya que no se limita a un cambio de potencia hegemónica (lo que mantendria el sistema unipolar) sino que apunta a un verdadero cambio de paradigma en la gobernanza (un sistema multipolar que, tal vez, las tecnologías digitales hagan posible).
Pero, atención, no caigamos en la trampa de los equívocos. La guerra a la que alude Trump es aquella a la que dice protagonizar y es la “guerra” arancelaria, en su conflagración tarifaria generada por su tremendo déficit financiero-comercial de la era de la globalización; el otro estado mundial de guerra es esa guerra caliente, cruenta e injusta que conduje Rusia contra Ucrania y confronta al Occidente con el Oriente del Eje Ruso-Chino-Coreano del Norte e Islámico militante. Esta guerra es la que sí tiene paternidad sobre pueblos enteros y exige pacificación. Por eso la pregunta del niño: ¿a qué se parece el Día de la Liberación de Trump, con el campeonato de un título no ganado?
El Boletín europeo la refiere así: En línea con nuestros análisis y previsiones anteriores, seguimos creyendo que Trump, a pesar de su peculiar estilo y sus cuestionables posiciones, tiene la capacidad de poner fin a la “primera guerra del mundo multipolar”, la guerra ucraniano-rusa (que es como lo habíamos anticipado y analizado desde el principio). Primera precisión sustantiva. Por tanto, para ofrecer una visión de futuro, debemos partir de la paz en Ucrania (a la que hemos decidido llamar “Tratado de Riad”, aunque aún no esté garantizada), enmarcarla en el contexto general de la transición sistémica mundial, imaginar de forma razonada cuál será su contenido y proyectar el efecto dominó que dicha reconfiguración geopolítica podría desencadenar en el escenario internacional.
Visión objetiva de nuestro entorno: Lo que hoy intenta nuestro mundo es la paz, pero de momento el mundo occidental grita fascismo… sin proponer otra alternativa que la continuación de la guerra hasta que Rusia ceda.
Antiamericanos, antirrusos y proeuropeos están indignados por razones totalmente diferentes, contribuyendo a una perfecta cacofonía de emociones violentas alimentadas por al menos 3 años de información incompleta sobre el tema.
Hoy, la indignación se ha extendido a Estados Unidos, donde, en nombre de los derechos humanos, una parte de la opinión pública norteamericana se está uniendo a las opiniones europeas contrarias a la paz, encarnada ahora por el senador francés Claude Malhuret. Si atendemos a la lógica del cambio, lo que falta para que la opinión pública vuelva a entusiasmarse por la paz en lugar de por la guerra, es visión. No es que nuestros dirigentes no tengan una visión, pero no consiguen transmitirla, ser creíbles en su capacidad para ponerla en práctica, inspirar a la gente… y avanzar. Como corolario, vemos que Trump ha optado por la cara oscura de la guerra, al situarse a sí mismo como única hegemonía, centrista y excluyente. ¿En dónde queda su proclama de “emancipación”?




