- Es una estructura sustentable construida con madera de pino certificada, destacando la arquitectura moderna y ecológica
- Con la participación de 25 vinícolas locales, el Pabellón se convierte en un centro vital para el resurgimiento de la viticultura en Aguascalientes
El espacio no solo ofrece vino, sino una experiencia completa que incluye maridajes, degustaciones y un ambiente ideal para disfrutar en familia
Aguascalientes se posiciona como un referente en la viticultura mexicana, y el Pabellón del Vino es la prueba tangible de este resurgimiento. Este innovador espacio, bautizado por la gente como el “Arca de Noé” o la “Iglesia del Vino”, no solo resalta por su arquitectura impresionante, sino también por su contribución al fortalecimiento de la industria vinícola local.
Ubicado en el corazón de Aguascalientes, el Pabellón del Vino es un monumento a la tradición y la innovación. Luis Morán, arquitecto encargado del diseño, explica que la estructura fue concebida con un enfoque sustentable: “Se utilizó madera de pino de un bosque certificado CFF, un material que permite construir sin dejar una huella de carbono”, menciona Morán. Con una forma geométrica que recuerda a las naves industriales del siglo XX, el pabellón refleja la combinación de modernidad y respeto por el medio ambiente. Además, cuenta con un sistema de climatización adecuado para conservar la temperatura ideal para el vino.
El recinto alberga actualmente a 25 vinícolas de Aguascalientes, un reflejo del auge que ha experimentado la viticultura en la región en los últimos 15 años: “De los años ochenta hasta la fecha, hemos visto un renacer del vino en Aguascalientes. Hoy en día contamos con más de 230 etiquetas producidas en el estado”, señala Morán. Este resurgimiento ha sido posible gracias a la colaboración de viejos y nuevos productores, quienes encuentran en el pabellón un espacio para mostrar la calidad de sus productos.
Yorisol Romano, productora vinícola de Renacimiento, enfatiza la importancia del lugar: “Es una oportunidad tremenda para todos los productores. A través de este espacio, podemos mostrar nuestra pasión por el vino y la historia que hay detrás de cada botella”, comenta. En el pabellón, los visitantes pueden conocer el proceso de producción del vino, desde la vendimia hasta el embotellado, lo que brinda una experiencia mucho más rica que la simple degustación.
Para los amantes del vino, el pabellón ofrece una amplia variedad de etiquetas que abarcan desde las más tradicionales hasta las de productores más recientes. Desde Hacienda de Letras, que tiene una larga historia en la viticultura de Aguascalientes, hasta nuevas propuestas como la propia vinícola Renacimiento, fundada en 2011 por Yorisol. Cada bodega tiene una historia propia que se entrelaza con la del vino en la región: “Renacimiento es un proyecto personal, un renacer de la viticultura en Aguascalientes”, añade Yorisol, quien también señala que cada uno de sus vinos tiene un significado especial, desde nombres inspirados en su hija hasta etiquetas que cuentan historias familiares.
El Pabellón del Vino no solo es un lugar para degustar, sino también para vivir la experiencia vinícola completa: “Aquí no solo ofrecemos vino, sino una historia detrás de cada copa. Cada vinícola tiene su propia narrativa, y ese es un valor que queremos compartir con los visitantes”, explica Yorisol. Además, el pabellón permite maridar vinos con productos locales, como quesos y charcuterías, creando una experiencia sensorial única.
La importancia del pabellón radica no solo en su arquitectura o su funcionalidad, sino en lo que representa para Aguascalientes como región vinícola: “Estamos mostrando al mundo lo que Aguascalientes tiene para ofrecer. Cuando recibimos visitantes de California, por ejemplo, se sorprendieron al saber que hay tantas vinícolas aquí”, comenta Luis Morán. Este tipo de reconocimiento internacional es fundamental para seguir posicionando al estado como un productor destacado dentro del mercado vinícola nacional e internacional.
El Pabellón del Vino es también un espacio flexible que puede crecer según las necesidades de la industria: “La idea es que, si el próximo año hay más productores interesados, podemos ampliar la estructura”, señala Morán. Este tipo de modularidad en el diseño demuestra el compromiso de los arquitectos con la sustentabilidad y la adaptabilidad a las nuevas necesidades del mercado.
Además, el pabellón se encuentra abierto durante la Feria Nacional de San Marcos, lo que lo convierte en un destino obligado para los asistentes. Con horarios extendidos los fines de semana y una oferta variada de actividades, el pabellón se perfila como uno de los grandes atractivos de la región. Para las familias que no conocen aún la cultura del vino, es una oportunidad para disfrutar de una experiencia educativa y gastronómica en un ambiente relajado.
Para los organizadores, la inauguración del Pabellón del Vino ha sido un logro significativo. Luis Morán expresa con orgullo que el proyecto fue realizado en tiempo récord, con un equipo de 15 arquitectos hidrocálidos de la compañía Arquilab. Mismos que trabajaron durante días y noches para hacer realidad este sueño: “Este es un ejemplo de lo que podemos lograr trabajando juntos, con pasión y dedicación”, concluye Morán.
En resumen, el Pabellón del Vino de Aguascalientes no es solo un espacio para la degustación, sino un referente de sustentabilidad, historia y comunidad vinícola. Un lugar que invita a los visitantes a conocer más sobre la rica tradición vinícola de la región, al tiempo que celebra el resurgir de un sector clave para la economía y cultura local.
