Ambientalistas
Un Día de la Tierra incomprendido
El 22 de abril se conmemoró el 55° aniversario del Día de la Tierra, por lo que Movimiento Ambiental de Aguascalientes organizó, en colaboración con la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROESPA), una jornada extraordinaria de protección de árboles nativos resilientes en la zona norte del parque México, espacio en el que hemos realizando, desde hace 5 años, actividades de restauración ecológica con la esperanza de que se pueda rescatar este baluarte natural, el cual, irónicamente, conserva mucha de su vegetación original gracias al descuido por parte de las instancias gubernamentales, lo que permite que podamos realizar esta actividad. Este es un trabajo de mucho esfuerzo, dedicación y paciencia, ya que la vegetación nativa, a diferencia de toda la exótica que se ha introducido en el Estado, es de muy lento crecimiento, por ejemplo, un mezquite crece 20 cms. por año y requiere de mantenimiento (básicamente poda) durante sus primeros 10 años de vida, tiempo en el que logra alcanzar los dos metros de altura; mientras que un ficus, un trueno, una jacaranda o un pirul consiguen esto en menos de dos años, lo que en apariencia los convierte en una buena alternativa para aumentar el arbolado en la ciudad, además de que durante su breve etapa de crecimiento no requieren de mantenimiento, solo de mucha agua; sin embargo, las raíces de estas especies tienden a ser superficiales y extensas (adventicias), lo que puede llevar a que crezcan cerca de la superficie del suelo y dañar estructuras como pavimento y tuberías. Esto se debe a que pueden extenderse considerablemente, incluso varias veces el radio de la copa, especialmente en climas secos, es por ello que se consideran especies invasivas y no es recomendable plantarlas en ciudades, en especial aquellas que son de climas tropicales, como las jacarandas, por lo ya señalado y a esto se agrega que absorben entre 2 mil y tres mil litros de agua del subsuelo por año. Los pirules, por su parte, son plantas alelopáticas que producen un compuesto químico denominado alcohol terpenoide carbacol, que inhibe el crecimiento y desarrollo de cualquier otra planta debajo de ellos, es por esto que cuando se toma sombra debajo de un pirul se siente una sensación pegajosa incómoda. Los árboles nativos de nuestra región (mezquite, huizache, tepame, tronadora, gatuño), por el contrario, tienen raíces pivotantes, es decir, se extienden verticalmente hasta los mantos acuíferos favoreciendo la inserción del agua en la temporada de lluvias, y en vez de consumirla la evaporan mediante un proceso de transpiración generando una sensación de humedad, debido a ello es más favorable la sombra de un mezquite que la de un pirul. El huizache, por su parte, es resistente a las sequías y una de sus características más importante es su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo enriqueciéndolo, con ello mejora su fertilidad proporcionando nutrientes esenciales a otras plantas, además sus raíces crecen hacia abajo (pivotantes) por lo que no dañan la infraestructura, y su densa copa ofrece sombra que ayuda a crear microclimas, especialmente en áreas urbanas, mitigando con ello el efecto de isla calor.
Lo anterior sirva como antecedente para entender el valor de las especies nativas que estamos intentando proteger en el parque México y porque el avance es tan lento si lo comparamos, por ejemplo, con el Parque urbano tres centurias, que es el modelo perfecto de una arborización incorrecta, primero por ser monoforestal (es decir hecha con una sola especie) segundo porque se empleó una especie exótica e invasiva (pirul). Entonces, en términos ecológicos es un pésimo proyecto, pero muy aplaudible y fotografiable en términos políticos. El otro reto que enfrentamos en el Parque México son las conflagraciones constantes que minan el trabajo que realizamos y nos obliga a nosotros, como a los árboles, a hacer uso de nuestra capacidad de resiliencia ante estos actos vandálicos para continuar con este esfuerzo que consideramos vital, como el realizado el martes 22 de abril en el que se se hizo trabajo de protección para 56 árboles, con ello poner un granito de arena en la conservación de nuestra madre Tierra y hacer valer el slogan de este año para este dia: “Nuestro poder, nuestro planeta”, en otras palabras, está en nuestras manos poder hacer algo para salvar nuestro planeta.
El Día de la Tierra, desde mi punto de vista, debería ser la fecha ambiental más importante por el gran significado que conlleva su origen, el cual fue una manifestación realizada el 22 de abril de 1970 en varias ciudades de Estados Unidos, lo que generó dos hechos relevantes a partir de entonces. El primero, la preocupación social por cuidar nuestro planeta, llamado acertadamente nuestra casa común por el recientemente fallecido Papa Francisco, quien en su encíclica ¡Laudato sí! hizo gran hincapié en esta responsabilidad; segundo, porque gracias a este reclamo social a las autoridades gubernamentales se creó la Environmental Protection Agency (EPA) en Estados Unidos, considerada la primera agencia de protección ambiental a nivel mundial y, a partir de ella, se comenzaron a crear agencias, secretarías y procuradurías ambientales en todo el mundo, las cuales son las responsables directas del cuidado y protección del medio ambiente natural, además fuente de empleo para miles o millones de personas alrededor del mundo. En el caso de México tenemos diversas instancias como SEMARNAT, PROFEPA, PROESPA, SEMADESU y en el caso de Aguascalientes la SSMAA y el IMPLAN. Me parece lamentable que en esta fecha TAN IMPORTANTE que marca el nacimiento de la protección institucional formal del medio ambiente, y por ello mismo el origen del trabajo para todos los que laboran en estas secretarías, no se haga nada realmente sobresaliente para conmemorarlo (más allá de cartelitos y fotitos). Es por lo que me parece que el Día de la Tierra es incomprendido por los representantes de cada una de las instancias referidas. Aunque de pronto así lo prefiero por la nula creatividad que tienen en fechas como esta en la que solo llevan a cabo ecocidios forestales, o lo que ellos llaman reforestaciones (si no me creen verán lo que ocurre el 5 de junio, día mundial del medio ambiente), por lo que a veces es mejor que pasen desapercibidas y no hagan nada, tal y como ocurrió el 22 de abril del 2025.




