- Laura Ballesteros asegura que Movimiento Ciudadano no se conforma con ser oposición: quiere ser gobierno en 2027
- Denuncia el pacto patriarcal que protegió a Cuauhtémoc Blanco e impulsa una agenda feminista ambiciosa
- Llama a revisar perfiles y votar en la elección de jueces, como respaldo a jóvenes comprometidos con la justicia
En su doble papel como diputada federal y dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, Laura Ballesteros asegura que su corriente no calcula cómo ser una oposición más, sino cómo ser gobierno: “Vamos a empezar por 2027, con las elecciones intermedias”, dice con firmeza.
Desde su curul en la Cámara de Diputados, Ballesteros ha librado batallas legislativas en temas como el acceso a la vivienda, la defensa del medio ambiente y la protección de las víctimas de violencia. Sin embargo, uno de los momentos más duros que ha enfrentado ocurrió cuando se discutió el desafuero del exgobernador Cuauhtémoc Blanco, acusado de agresión sexual: “Fue un momento vergonzoso para el país, de los más oscuros que he vivido en la Cámara”, relata.
A sus 42 años, Laura Ballesteros es consciente de que las juventudes se sienten alejadas de la política. Pero no por apatía, aclara, sino porque están hartas de la vieja política: “No son tontos. Se dan cuenta de la situación en la que nos dejan quienes están hoy en el poder”, afirma. Para ella, la tarea es clara: “Las juventudes son nuestros jefes. Nosotros tenemos que construir un país nuevo para ellas y ellos”.
Durante la campaña presidencial de Jorge Álvarez Máynez, Ballesteros recorrió más de 50 universidades como su directora de campaña. Ahí escuchó el hartazgo de los jóvenes, pero también su esperanza de cambio: “No es que no les importe la política, es que están hasta la madre de ver cómo se han acabado el país”.
En ese sentido, asegura que Movimiento Ciudadano es el vehículo para ese cambio. Un espacio donde las nuevas generaciones pueden luchar por un México distinto: de iguales, con paz y sostenible: “Si no hay planeta, no hay futuro. Pero también, si no hay paz, no va a haber país”.
La votación que frenó el desafuero de Cuauhtémoc Blanco dejó una marca profunda en muchas legisladoras: “Protegieron a un presunto violador. Eso se lo van a tener que explicar a sus hijas e hijos”, acusa Ballesteros, quien remarca que fue el sistema patriarcal, de machos y de poder, el que actuó esa tarde.
Aunque reconoce que fue un golpe muy duro para las víctimas, insiste en que no debilitó al movimiento feminista, sino que lo fortaleció: “Hoy sabemos quiénes somos y dónde estamos, sin importar el partido político”, dice. Y lanza una advertencia: “Vamos a regresar con la agenda a favor de las mujeres más ambiciosa de la historia del país”.
En ese contexto, subraya el papel de diputadas que rompieron con la línea oficialista, incluso dentro de partidos como Morena y el PT: “Las verdaderas heroínas son las víctimas. Pero las legisladoras que votamos en contra del pacto patriarcal también dimos la batalla”.
En cuanto a la reforma judicial impulsada por el Ejecutivo, Ballesteros no duda en calificarla como “un cochinero” y una “pantomima”. Aun así, reconoce que México necesita una transformación en su sistema de justicia, porque la mayoría de las personas no tienen acceso real a ella.
Critica duramente el diseño de esta reforma, que dejará la impartición de justicia en manos de listas preconfiguradas y procesos opacos: “Decidieron en lo oscurito quiénes van en las listas y quiénes no”, denuncia. Sin embargo, asegura que en estados como Jalisco se están haciendo esfuerzos por transparentar los procesos.
Y aunque Movimiento Ciudadano está legalmente amparado contra esta reforma, Ballesteros votará en la elección de jueces: “No le voy a dar la espalda a los jóvenes que lograron colarse en las listas. Hay que revisar sus perfiles, sus currículums, y darles el voto de confianza”.
Para Ballesteros, lo importante es dejar claro que la justicia no puede seguir siendo un botín político: “La política no se declara, se hace. Y nosotros lucharemos por las causas de la gente: justicia, paz, medio ambiente y un México de iguales”.




