Opciones y decisiones
El hombre light
Ante el vaivén incierto de la toma de decisiones del sector público respecto de la definición y priorización de las políticas públicas que han de regir la vida individual y comunitaria de la ciudadanía mexicana, extraña que no se hable, o se omita intencionalmente hacerlo, de las notas fundamentales de nuestra identidad y nuestra naturaleza como tales, como ciudadanos, miembros de pleno derecho de la ciudad, el Estado Nacional al que pertenecemos.
Actitud pública que, en el fondo, promueve la evasión, o el ocultamiento interesado del principio rector de la ética pública que, en esencia, es política. Se pretende normalizar que su ausencia no importe a la calificación y evaluación inteligente y racional de la conducta en la vida pública. Bajo tal supuesto daría lo mismo suprimir del espacio público, el imperativo categórico universal de ¡haz el bien y evita el mal!
La evidencia patente de prevalencia del mal en nuestra vida comunitaria es muestra suficiente de que impera la corrupción, la mentira, la extorsión, el saqueo desmesurado de bienes y recursos públicos, en complicidad con un invasivo crimen organizado. Por ello, veo como exigencia insoslayable poner sobre la mesa de discusión, la trascendencia de la búsqueda del bien.
Con este propósito, retomo la nota fundamental que sitúa a la civilización humana en la prosecución inteligente de lo bueno, como principio trascendental de la moral (Cfr. Mi nota LJA.MX, Un modelo categorial. Viernes 31 de marzo, 2023). Ensamble categorial. Este consiste en reunir las principales categorías conceptuales que conforman el entramado de la cosmovisión de las Esferas, para ello recurro, en primer término, a la clasificación clásica de los primeros principios del pensar filosófico, cuya formulación original nace en la Academia de Platón; que es reeditada por reconocidos pensadores contemporáneos. Este ejercicio supremo de abstracción adopta como eje/axis, a las notas trascendentales del ser. Una de estas supremas categorías la constituye en quinto lugar: 5) Bonum/el bien, la bondad. Y se define como: Luz intelectual que proviene de la suprema idea del espacio. Un proceso futuro de integración, unidad y plenitud, atreviéndonos a tomar como base de lanzamiento a lo uno, lo unificado, lo abundante.
Históricamente visto, este principio trascendental es fundamento esencial de la moral. Su postulación se remonta a la Grecia clásica, en que uno de sus grandes pensadores era juzgado, precisamente por supuestamente haber inducido en la juventud nuevas ideas acerca de “los dioses” y de las prácticas sociales al uso que discriminaban entre el bien el mal, tanto para el individuo como para la comunidad humana. El reo de tales acusaciones era Sócrates y la causa de su sentencia discurría así:
“Supongan que, en vista de esto, ustedes me dijeran, Sócrates, por esta ocasión vamos a hacer omisión de lo que diga Anytus y me liberan, pero sólo bajo una condición, que renuncies a dedicarte a esta búsqueda y dejes de filosofar. Si te atrapamos continuando en el mismo sentido, tú deberás ser ejecutado a muerte. Bueno, suponiendo, como he dicho, que ustedes debieran ofrecer liberarme sobre estos términos, yo debería responder: Señores, yo soy su muy agradecido y devoto servidor; pero, yo debo mayor obediencia a Dios que a ustedes, y en tanto siga respirando y tenga mis facultades, nunca dejaré de practicar la filosofía y exhortar a ustedes y dilucidar la verdad para cualquiera que encuentre. Yo continuaré diciendo, en mi acostumbrada manera. Mi buen amigo, tú eres un Ateniense y perteneces a una ciudad que es la más grande y famosa en el mundo por su sabiduría y fortaleza. ¿No están ustedes avergonzados de que ponen su atención en adquirir el mayor dinero posible, y cosa similar hacen con su reputación y honor, pero no prestan atención o pensamiento a la verdad y el entendimiento, y sobre la perfección de su alma?
Y si cualquiera de ustedes discute sobre esto y expresa tener cuidado de estas cosas. Yo no lo dejaría ir de pronto o lo abandonaría. No. Yo lo cuestionaría y lo examinaría y lo probaría. Y si pareciera que, a pesar de su profesión, no ha realizado ningún progreso real hacia la bondad. Yo le recriminaría por ser negligente respecto de lo que tiene suprema importancia, y poner su atención en trivialidades. Yo haría esto con cualquiera que encontrase, sea joven o viejo, extranjero o connacional; pero, especialmente con ustedes mis conciudadanos, en tanto que son más cercanos a mí, de mi propia familia” (Apología de Sócrates. 29 c.d.e. The Collected Dialogues of Plato. Edith Hamilton y Huntington Cairns. Bollingen Series LXXI. Pantheon Books. New York. Cuarta impresión, octubre 1966) (La traducción es responsabilidad mía). Para Sócrates no se trató de una disputa verbal, un debate retórico, se jugó la propia vida en esta defensa de su postura por la irremisible búsqueda del bien, como práctica de la bondad, la supremacía de la moral.
No hace falta descubrir el hilo negro. Ya existen en el mundo esfuerzos muy serios en esta materia. Y tanto en México como en América Latina tenemos indicios muy claros y ciertos. Cito como referencia, que hace quince años, en 2014, México fue la sede mundial de la bioética, ya que hospedó la 10ª Cumbre Global de Comisiones Nacionales de Ética/Bioética y el 12º Congreso Mundial de Bioética, que ocurrió durante los días 25 a 28 de junio de ese año. Su presentación, a la ciudad y al mundo, fue tan sobria como grandilocuente: “En tanto que tenemos claro el concepto de globalización de la economía, los mercados o las redes de comunicación e información, nuestra respuesta hacia los demás y a la conjunción vital que implica el universo, apela a nosotros no sólo en lo individual, sino en lo colectivo. Para tal efecto, la herramienta es la bioética” (México, 2014: World Bioethics Venue. 2013, http://conbioetica-mexico-salud.gob.mx).
Otras dos indagaciones sobre la preeminencia de la búsqueda del bien están representadas por sendos colectivos de destacados pensadores que sientan la base epistemológica y ética de la libertad. El fenómeno social que eclosiona la vigencia de la libertad en el paraje y tiempo humano, nos remite al convulsivo siglo XX de nuestra historia, en dos grandes movimientos intelectuales con sus respectivas manifestaciones sociales, que son el existencialismo y el humanismo personalista.
Del primero tenemos personajes predecesores como Soren Kierkegaard (1813-1855) y Friedrich Nietzsche (1844-1900); y notables exponentes como Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Karl Jaspers, Gabriel Marcel y Martin Heidegger.
Del segundo, con antecedentes en los siglos XVI y XVII tiene una manifestación pluralista, que deriva en distintos tipos de personalismo del siglo XX, entre los cuales destacan el personalismo cristiano de Mounier, Guardini y Maritain; el ateo, de McTaggart; el idealista, de Royce; el relativista, de Renouvier; el dialógico, de Ebner; el liberacionista, de Paulo Freire; el cristocéntrico, de Teilhard de Chardin; el místico, de Berdiaev y el existencial, de Marcel y de Buber.
Un elocuente epílogo: (Enrique Rojas. Una vida sin valores-El Hombre Light. September 26, 2017) El hombre light es un sujeto que lleva por bandera una tetralogía nihilista: hedonismo-consumismo-permisividad-relatividad. Enhebrados por el materialismo, un hombre sin sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito y al gozo ilimitado y sin restricciones. Carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aun teniendo materialmente todo. Se trata de un hombre bien informado, pero con escasa educación humana. Todo le interesa, pero a nivel superficial, lo acepta todo pero carece de criterios sólidos en su conducta, anida un gran vacío moral. En él se da un pensamiento débil, convicciones sin firmeza, asepsia en sus compromisos, su ideología es el pragmatismo, su ética se fundamenta en la estadística sustituta de la conciencia.




