Cátedra
Poesías líricas
Lo que hoy murió de mí
no latirá ya más.
Será un difunto
que el corazón llevará a cuestas
como un infarto de amor
hasta el final.
Allí,
donde hace tantos años
paseamos tus manos y las mías,
encontré dos mendigos:
uno muerto y descalzo;
el otro vivo
con los ojos opacos y acuosos,
callado, sin derrotero
y tiritando de frío.
Dos miserables
mostrando su miseria en plenitud
en esta primavera.
Uno muerto
y otro vivo.
¿Cuál está peor?
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“Por la unidad en la diversidad”
Aguascalientes, México, América Latina




