Profesor de la Universidad Autónoma de Aguascalientes expulsado de todas sus cátedras por pronunciar un discurso
Semblanza del autor 03
Después de su primer encuentro con la última y asombrosa etapa de la vida de aquel sorprendente personaje de nombre Jesús Terán, vino la duda: ¿Cómo y dónde se desarrollaron las anteriores etapas de su vida? Porque los aguascalentenses nada sabían de él. Al menos el autor no recordó haber escuchado nada sobre el particular; sin embargo, empezó a reflexionar que sí había indicios: una callecita de tercera categoría que se llamaba Jesús Terán; y en el mercado, más conocido como “Mercado grande” tenía una placa con su nombre: “Mercado Jesús Terán”.
Sin embargo, en su subconsciente algo que le decía que había otro indicio que descubrió en una de sus vacaciones, pues siempre iba a visitar su amado Instituto de Ciencias y a conversar con alguno de sus más estimados maestros: sobre todo con su maestro de Química, el guatemalteco Efraín Cobar Lazo, que le dio aquél sonoro campanazo sobre la conservación de la materia con la frase de Antón de Lavoisier: “Nada se crea, nada se destruye; todo se transforma”; el de Matemáticas, Eusebio Sánchez, paciente y eficaz; el de Física, Álvaro de León Botello, muy joven, pero con aquella severa formación como médico militar recién llegado; el de Literatura, Carlos González Rueda, quien nos enseñó la técnica de la versificación, etc.
El indicio era, más bien, una ausencia: faltaba el busto de aquel personaje que estaba al frente de la puerta central del Instituto que recibía y despedía todos los días a estudiantes y profesores, del que nadie les dijo quién era ni la razón por la que había sido colocado allí. Entonces recordó, repentinamente, el nombre inscrito en la base: nada menos que Jesús Terán.
Empezó a indagar con quienes consideró que podrían darle información sobre el personaje y de la razón por la que ya no estaba el busto en su lugar; alguien le recordó que en 1952 habían aparecido varios artículos en El Sol del Centro, relacionados con el traslado de los restos de Jesús Terán del cementerio Pére Lachaise de París al de San Ildefonso en la Ciudad de México, donde descansan los de los principales colaboradores del presidente Juárez, pero él no disponía de tiempo para iniciar la investigación necesaria en el archivo del periódico.
Y a la pregunta del lugar a donde había sido trasladado su busto, nadie le supo decir nada. Posteriormente se enteró que había sido retirado en secreto en 1956, al tomar posesión del cargo como gobernador Luis Ortega Douglas, sin que nadie diera explicación alguna sobre el particular. Hasta aquí podríamos decir que fueron las primeras experiencias del autor sobre su encuentro con Jesús Terán, que retomaremos posteriormente.
Tesis profesional. Netzahualcóyotl había elegido el tema de “La industrialización de América Latina y sus consecuencias políticas” y un año después de su egreso de la Facultad contaba ya con cientos de fichas para iniciar la redacción. Sin embargo, sintió que a pesar de los estudios de la carrera, de la amplia bibliografía que tuvo a su disposición, de los trabajos de investigación en los que participó -especialmente el realizado por nuestra Facultad en la novedosa ciudad industrial de Ciudad Sahagún, en el Estado de Hidalgo, en el equipo integrado con una docena de compañeros bajo la dirección de nuestro maestro de Sociología Ricardo Pozas Arciniega-, a pesar de todo ello, su conocimiento sobre el tema de la industrialización, pero más que nada sobre América Latina, era más teórico que práctico. Entonces empezó a surgir en él la necesidad de recorrer nuestro subcontinente para constatar personalmente su situación social, económica y política, pero sobre todo para determinar si teníamos o no la posibilidad de pensar en un futuro que nos hiciera pasar de la atrasada etapa agrícola de consumo -o la intensiva de tipo colonial- a la avanzada de tipo industrial que nos liberara de la dependencia imperial y nos colocara al nivel de las economías de vanguardia.
Misión confidencial. En diciembre de 1960 el secretario de Relaciones Exteriores ordenó integrar una delicada y extra urgente misión con dos miembros: el escritor Rafael Bernal que ingresó a la Secretaría para encabezarla como encargado de Negocios en nuestra Embajada en Honduras, Centroamérica, y Netzahualcóyotl como su auxiliar con la categoría de canciller -propuesto por el embajador Francisco A. de Icaza, entonces director general del Servicio Diplomático- con el compromiso de otorgarle un ascenso más si la misión -que no debería llevar más de dos semanas- resultaba exitosa; ya era miembro del Servicio Exterior Mexicano. Los trámites se realizaron con la celeridad requerida y arribaron a Tegucigalpa el viernes 23 de diciembre de 1960.
Coda. Atenta invitación al coloquio mensual de la agrupación cívica y cultura Amigos de Jesús Terán, “La humanidad en crisis” con Daniel Martín de Rojas Silva como expositor, en la Biblioteca Jaime Torres Bodet, hot a las 18:00 horas.
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“Por la unidad en la diversidad”
Aguascalientes, México, América Latina
