Desde la presidencia de la mesa directiva de la LXII Legislatura, María de los Ángeles Aguilera ordenó retirar a algunos de los pocos opositores a la Reforma Educativa. Quizás el bloque de inconformes no llegaba a la decena. Un par de pancartas aderezaban la manifestación y las consignas eran aún más escasas.
El primero en ser expulsado del Pleno fue el representante de la Base Magisterial Aguascalientes. La diputada priista mandó el desalojo de quien identificara desde tribuna como una persona “de -camisa- guinda y anteojos”. El profesor portaba una hoja de papel con una leyenda; fue despedido luego de abuchear por un par de segundos a los promotores de la reforma.
El artículo 40 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo faculta al titular de la mesa directiva para “exigir orden al público asistente a las sesiones e imponerlo cuando hubiere motivo para ello, haciendo uso de los medios adecuados e incluso solicitar el auxilio de la fuerza pública”. En la sala de sesiones predominaba la membresía del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, también simpatizantes de la Reforma Educativa.
Minutos después Aguilera ordenó al personal de seguridad del Legislativo el despido de la profesora jubilada María de Jesús Rangel, quien lanzó al aire un reclamo. “Saquen a la maestra Chuyita… y a la otra maestra también”. En ese momento el resto de la oposición decidió salir del recinto por voluntad propia. La de ayer no era la primera ocasión en que Rangel acudía a Congreso para exponer alguna inconformidad; ella misma declaró que nunca antes la habían mandado expulsar por manifestar sus ideas políticas.
La presidenta del Congreso ya había ordenado el desalojo de Xicoténcatl Cardona. El 16 de enero, el encargado de la Casa Migrante Camino a la Vida fue tomado por la fuerza mientras protestaba porque la diputación pasó por alto la consulta ciudadana que enmarcaba el nombramiento de un nuevo ombudsman.
Foto: Gilberto Barrón
